Los hieródulos (esclavos del templo en griego antiguo) estrictamente son personas dedicadas en régimen de esclavitud al culto de los dioses, en una situación de completo servilismo que derivaba en la entrega de sus ganancias a la divinidad. En el caso de las mujeres, estas hieródulas, cuyo nombre le fue dado en el seno de la civilización griega, eran un grupo de sacerdotisas que en las fechas sagradas mantenían relaciones sexuales con los hombres fieles a la celebración. Lo que se denominaba como el ritual del "hiero gamos" (término de origen griego que significa “matrimonio sagrado” y referido a ritos paganos de fertilidad), celebrado por estas sacerdotisas encargadas de mantener relaciones de un modo elegido en los templos consagrados a divinidades femeninas, como representantes de Afrodita en la tierra. Festivales engalanados a base de flores, y que garantizarían practicando sexo de acuerdo con el rito, prósperos años de producción. Por lo que respecta al término ramera en cuestión, con posterioridad he imitando esta práctica, a lo largo de la edad media, las prostitutas distinguían sus moradas o establecimientos del resto de viviendas con ramos de flores o simples ramas a modo de señalización. De esta manera garantizaban el anuncio de sus servicios y en consecuencia el apelativo de: "rameras".
En La Celestina (Fernando de Rojas,1499) se hace alusión a la palabra en el siguiente extracto: "Esta mujer es marcada ramera, según tú me dijiste, cuanto con ella te pasó has de creer que no carece de engaño. Sus ofrecimientos fueron falsos y no sé yo a qué fin".
En lo que se refiere al término fornicar, su origen también resulta curioso. En la antigüedad clásica, Roma concretamente, las prostitutas que ejercían en las calles de la ciudad debido esencialmente a la alta demanda de sus trabajos y para presentar competencia a los lenociniums (locales que ofertaban beneficios sexuales) ofrecían a pie de calle precios más "razonables" a sus consumidores. De esta manera, al igual que se exhiben en la actualidad, prestaban servicios bajo las arcadas (conjunto de arcos) de construcciones abovedadas (puentes, acueductos, ...). Estos fornix o fornice (espacio en forma de bóveda o curvatura interior de un arco), como eran testigos del trabajo de las rameras y resguardo del coito con sus clientes en algunas ocasiones, provocaron que la gente comenzara a denominar a la actividad que acogían con el término: fornicar, y que las mujeres que cobraban por hacerlo fueran conocidas como: fornicadoras.