El tema de los huevos, da juego y ya es uno de los temas que se repiten en este blog ( creo que le voy a crear una categoría propia)…Fueron protagonistas del “Thriller de los Huevos” . Ahí empezó mi relación con los huevos, que ha ido consolidándose con los años…Y ya no hay forma de escapar de ellos. De vez en cuando, aparece un post de huevos…
Hoy, iba yo en mi coche, oyendo la radio cuando se inicia un interesante espacio monotemático sobre los huevos. Rápidamente, ha captado mi atención. Una de las cuestiones que se han tratado es si los huevos se deben conservar en la nevera o no. Un “To be or no to be” en toda regla.
No es algo nuevo para mí, ya que hace un tiempo comenté este tema de huevos con una amiga que me hizo ver que en las casas de payés, los huevos no están en la nevera. Es más, esas hueveras de alambre tan monas, ¿Para qué sirven si no es para poner los huevos allí, en una despensa? Me pareció lógico pero…entonces ¿Por qué los huevos están a temperatura ambiente en los comercios? ¿Por qué no están en la zona refrigerada? Y, otra cuestión más desconcertante : si los huevos no requieren nevera, ¿por qué suele haber una zona específica para los huevos en el frigorífico?
Es un tema de huevos, ¿o no?
Sé que estaréis impacientes y emocionados por saber qué hacer con los huevos, así que sin demora os anuncio que : se deben guardar en la nevera. Desde que las gallinas los ponen ( siempre pienso que eso, debe doler lo suyo) hasta que los llevamos a casa, los huevos han estado a temperatura ambiente. De esta forma, no se rompe la “cadena de temperatura” ( es cadena de frío pero en este caso, no hay …). Después, lo que hacemos es conservar su estado de compra que teóricamente es muy fresco ( 1 o 2 días de puesta). Si no los refrigeramos, se pondrían en mal estado más rápidamente. Han dicho que “el huevo” es un organismo vivo que va evolucionando, así que en temperatura ambiente pasan cosas…
Tampoco hay que lavarlos. NO! El momento para hacerlo es antes de su consumo pero nunca al guardarlos…El huevo tiene millones de poros para que el pollito en proyecto que nos vamos a comer (sé que ha sonado mal) pueda respirar. Esta textura porosa en la cáscara, está recubierta de una cutícula que preserva el huevo de las bacterias y bichos ( tipo salmonella) que podrían penetrar por esos poros. Al lavar, arrastramos esa capa protectora y dejamos al huevo sin defensas. ¿ A qué es emocionante? Si lo llego a saber el día del Thriller, los lavo todos… ; – )
Por cierto, si hay que separar las claras , es mejor sacar los huevos media hora antes de su consumo. También es mejor para cocinarlos, ya que al no exponerlos a cambios de temperatura drásticos, hay menos posibilidades que se rompa la yema…
Las fechas de caducidad son de “Consumo Preferente” , así que un huevo puede durar bastante más que lo indicado. No han precisado el tiempo ( es como cargarse la obsolescencia programada de los huevos, que también hay) pero sí que han explicado el tema infalible para saber si los huevos están frescos.
Recipiente de agua y sal. Depositas el huevo, suavemente. Si se va al fondo es muy fresco . La yema es densa y aún no se han producido destrucciones de tejido y acumulación de agua y aire. Si flota , coger ( ya da igual si suavemente o con brío) y tirar a la basura…
Como el tema de los huevos, tiene un huevo de detalles, aquí os dejo un blog en el que dan , según los grados de desviación al flotar, el tiempo aproximado de puesta. Por poner un ejemplo : Formando un ángulo de 45 grados: puesto hace 6 a 8 días.
Me he quedado con más información (valiosa) sobre los huevos. Me la guardo para analizarla ( ya se sabe que conocer al enemigo es una de las mejores estrategias en la guerra) y prepararme para un posible ataque de huevos.
Me parece que hay uno que está organizando un motín y estoy sola en casa… Lo he oído cuchichear cuando he abierto la nevera para coger una botella de leche.
Estaré preparada.
NB : Las fotos son de la fotógrafa brasileña Vanessa Dualib . Hace cosas impresionantes ( y con mucho humor) con la comida. La libélula de guisantes y judías, no tiene desperdicio.
El Thriller de los Huevos (I)