De la Crucifixión, la Gloria y la Resurrección…

Nada como la Semana Santa para reflexionar y recibir lecciones de humildad-bueno eso y estar de vacaciones sin conexión a internet da pa´ mucho oiga.

Cómo alguno de ustedes ya sabrá, y para los que no pues le cuento un chisme calientito: alguien leyó mi último post titulado “La maternidad real en imágenes” y decidió que era material interesante para publicarlo en Menéame. Alguna vez había escuchado esta red pero nunca la había visitado a decir verdad.  Menéame trata de un sitio web basado en la participación comunitaria en el que los usuarios registrados envían historias que los demás usuarios del sitio (registrados o no) pueden votar, promoviendo las más votadas a la página principal mediante la aplicación de un algoritmo que unifica varios parámetros en un único valor numérico que denomina internamente «karma»^[3] . Como el modelo anglosajón del cual es una traducción modificada (digg), combina marcadores sociales, el blogging y la sindicación con un sistema de publicación sin editores.

Antes que nada –por no ser más mala persona de lo que ahí me tachan- agradezco a la persona haberme publicado pues gracias a esto he recibido montones de visitas y mi blog ha sido un éxito.

A los que se han pasado por el blog y han leído todas las entradas se los agradezco aún más. No obstante, por lo que más estoy agradecida es por el MENEO que me metió dicha red. Uno va de madre primeriza a meterse al ajo, a reírse de uno mismo, a publicar cosas “sagradas” como lo es su maternidad y su desmadre, y claro se le olvida a uno que esto no es un diario de Hello Kitty con llavecita y tinta invisible. La blogósfera es justo para eso, para opinar, para aprender a respetar, para escuchar, para aceptar, para discurrir, para ser crucificado y santificado.

Quería dejarlo de lado pero siento que también debo compartir con ustedes el “crecimiento”  en todo sentido- que me ha brindado esta oportunidad. Pude sentir cierto famoseo, cierta intensidad por el número de visitas y hits que tuve, las cosquillitas hervían mi ser, y la Critter se reía, pero no conmigo si no de mí.

Son los hijos los que le terminan enseñando a uno la verdad sobre la vida.

¡Pecadora de mi!

Tuve envidia de quienes codiciaban los primeros lugares en el ranking de Madresfera, tuve pensamientos lujuriosos de cómo seducir al algoritmo para ocupar alguno de esos sitios. Al haber sido portada en Meneame y en WordPress –dentro de los posts más vistos-la soberbia se apoderó de mi. Quería más y más- gula bloggera sin fin. Mas la ira se apoderó cuando vi que me tachaban por mi post de “frívola, hueca, pija, generalista, acomplejada, publicista (dicho con desprecio -eso dolió), que era de la época de los yuppis y que era normal que alguien como yo no recomendara el embarazo pues no agradecía mi hija- pobrecita de ella y de su educación pues seguro que sería infeliz”. Yo confieso ante Dios todo poderoso que en un principio me dio un perezón contestar a esa mala vibra, desenvainar la espada y salir a defender mi honra. Incluso una madre me recomendó via twitter publicar en un post los comentarios más punzantes para reírnos, pero fui una avara por no querer compartir el espacio sagrado de mi blog con personas que no gozan de humor y respeto.

Gracias a todos estos 101 comentarios de crucifixión pude llegar a la Gloria.

Oiga como cuesta esto, por fin pude entender porque las guerras se ocasionan pues es muuuy difícil respetar la perspectiva del prójimo y al fin de cuentas ¿quién tiene “la” razón?

Pues eso señores, a lo hecho pecho-aún que lo tenga caído, pero aún más si cabe haré un “Monumento con los Caídos” para celebrar a las madres rojas, a las que publican sin parar, a las que ni les va ni les viene –bueno un poquito sí- lo que digan los demás.

Aunque duela, bienvenido sea.

Y siendo publicista a toda honra hago mención al slogan de la marca Nike “No pain, no gain”- Sin dolor no se gana.

En la religión también se muestra esta Pasión y no creo que nadie juzgue de “mal padre” a Dios por dejar que su hijo se sacrificara por nosotros…

Pero lo importante no es caerse, hija mía, si no resucitar…

“La Resurrección”

P.S.  Por favor no vayan a llamar a Servicios Sociales por leer que  la Critter tenga como juguete un martillo y unos cuantos clavos con los que se sacrifica por una madre no virgen y mas -que imperfecta- simplemente humana.