Revista Economía

De la dictadura a la reforma

Publicado el 27 febrero 2012 por Garatxa @garatxa
Las televisiones, las radios, los periódicos, las redes sociales, los vecinos, y hasta la madre que los parió a todos, opinan, debaten, y razonan sobre la reforma laboral. No importa si se ha leido o no, no importa si se ha entendido o no, no importa si se ha reflexionado sobre el fondo o no, lo que de verdad importa es que, dicen los eruditos, que era necesaria porque la cosa está muy mal, que hemos llegado a una situación insostenible coño, que la deuda es de caballo y que nos vamos al garete. Eso sí, parece que al personal le importa una mierda quién ha generado esta situación.
La reforma va a poner en mano de las mutuas la gestión de las bajas, la reforma pone en solfa nada menos que ocho derechos constitucionales que tanto nos costó lograr, la reforma no ataca la raíz del problema que es la modificación del modelo productivo, la torticera y nociva reforma que nos han puesto en la cara no castiga a los culpables de la situación económica a la que hemos llegado: la crisis es hija de la especulación bancaria, de los chorizos, vagos y maleantes que se han metido en política para tener más trajes y coches oficiales, de los que se han enriquecido con el maldito ladrillo, de aquellos que nos han metido en una Europa de estados en vez de una Europa de los Pueblos.
No deja de sorprenderme la actitud que muestran algunas personas con respecto a ella pero, más que sorprenderme por lo que dicen sobre ella, lo que me sorprende sobremanera es quién lo dice. Proliferan gurús y pequeños empresarios con un cierto reconocimiento en las redes que la bendicen en un alarde de responsabilidad para con la situación grave que atravesamos y que todos sabemos que va a empeorar irremediablemente. Y esta es una cuestión preocupante puesto que las pymes solo crearán empleo si logran contratos, no existe verdad más absoluta. Una realidad tan evidente como que su mayor preocupación será, después, cobrar el dinero de estos contratos algo que se antoja complicado puesto que la morosidad está creciendo de forma espectacular. No alcanzo a comprender como las pymes, por ejemplo, no se quejan por el hecho de que cobrar el dinero que les adeuda la administración les va a costar un 6% de intereses.
Para crear empleo, las medidas que se deben poner en marcha son aquellas que favorezcan la contratación, nunca el despido. Y me parece curioso el hecho de que todos hayan pasado por alto un detalle. Dicen que el abaratamiento del despido no supondrá un mayor aumento del desempleo sino que ahorrará un montón de millones a las empresas. ¿Ahorro? Para que este ahorro se produzca y sea un hecho es necesario despedir, si no, no hay ahorro. ¿Es que no lo queremos ver o qué? Esto significa que miles de personas están condenadas de antemano a engrosar la cola del paro puesto que las empresas tienen pérdidas. Vamos a llegar a los 6 millones de parados con seguridad porque los números no cuadran, los milagros no existen.
De la dictadura a la reforma
Incluso hay quien cree que los que van a ir al paro son la gran cantidad de directivos improductivos e incompetentes que pueblan nuestro panorama empresarial, ¡JA!, esos son los que nunca caen, a esos no se les toca, y a los hechos me remito: mientras que la tasa de desempleo entre los "profesionales" a los que se indemniza con 400.000 euros en caso de despido no llega al 3%la de los trabajadores productivos está ya en el 23%. Y hablo de hechos, y la realidad es tozuda pues tenemos una casta directiva anclada en la edad media que solo sabe ordenar y mirar las cuentas una y otra vez pero no les digas que innoven o se remanguen, no jodas hombre, que están muy ocupados reunidos, contestando correos, preparando pepetés y hablando por teléfono... La improductividad no está en los trabajadores sino en los directivos que tenemos.
Nuestro modelo productivo alimenta que las empresas estén en manos de economistas que administran el dinero, un dinero que entra en forma de contratos gracias a personas que se paran a pensar, investigar, innovar y producir mientras que nuestra casta directiva se ciñe al guion: exigir al de debajo que siga generando valor. No les puedes pedir que generen valor a ellos porque no saben, no están preparados para ello. Y esto es algo que me duele especialmente porque yo puedo contratar a un MBA cuando quiera, los hay a patadas, pero no puedo contratar con la misma facilidad a alguien con un perfil creativo e innovador porque eso no se logra estudiando, es una capacidad que se desarrolla con perseverancia y esfuerzo. En este sistema fallido no cobra más el que más valor aporta sino el que más dinero administra.
Pertenezco a una generación de la que me siento orgulloso por lo que viví. A los tipos como yo nos tocó poner la democracia en marcha y luchar por sostenerla, los tipos como yo nos jugamos algo más que el bigote con las tanquetas de los grises en las calles, el 23-F los tipos como yo estuvimos muchas horas sin aparecer por casa por si acaso alguien iba a buscarnos, los tipos como yo hemos acudido a multitud de manifestaciones en contra de la violencia y hasta nos hemos llegado a enfrentar cara a cara con sus adalides, los tipos como yo luchamos como cabrones por alcanzar el actual sistema de bienestar que se va a ir a la mierda ante la pasividad de una sociedad cobarde y acomodada que se cree que lo logrado hasta ahora les ha venido llovido del cielo. Pues no es así, la mala noticia es que las personas tenemos que trabajar y luchar continuamente por nuestros derechos y nuestra libertad, que aunque sea poca es algo, y costó sangre, literalmente, y lo menos que se nos puede pedir ahora a todos es que mantengamos nuestra dignidad y no asistamos con resignación cristiana al estado del miedo en el que nos han metido. ¿De verdad vas a permanecer de brazos cruzados leyendo libros de autoyuda?

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