Somos muchos los que anhelamos la aparición de una Renta Básica, que como el Mesías en la tradición católica, nos traiga la salvación al Sistema de Servicios Sociales.
Por mi parte, soy de los que creo que nuestros pecados no son tan graves como para habernos condenado de esta manera, pero estamos esperando en vano. La Renta Básica no va a llegar.
Falacias como que “no hay recursos suficientes”, o “cómo le vamos a pagar a la gente por no hacer nada” (y unas cuantas más), están tan profundamente contenidas en los valores sociales que la ideología neoliberal ha conseguido imponer, que hacen absolutamenteinviable una medida de estas características.
Tal vez el próximo milenio, si nuestro planeta Tierra no nos ha expulsado antes o nosotros mismos no nos hemos autodestruido, un nuevo sistema de valores se desarrolle y pueda garantizarse de verdad esa Renta Básica para todos. O tal vez no.
En todo caso, mientras no la tenemos, estamos condenados como digo en Servicios Sociales a trabajar con las múltiples contradicciones que ello supone, y entre ellas, como hemos señalado en otras ocasiones, el haber asumido como parte del Sistema de Servicios Sociales lo que tenía que ser asumido por otras políticas sociales.
Hoy me voy a referir de nuevo a la garantía de ingresos, que hemos asumido en Servicios Sociales de un modo residual porque hemos definido que una de nuestras funciones es garantizar la subsistencia de las personas.
Y esto es solo así en parte…
La subsistencia no es una función de los servicios sociales. Es un derecho fundamental, al ser consustancial y análogo al más básico de los derechos, el derecho a la vida. (ver Constitución). Como tal derecho fundamental, es obvio que debeser asumido por todos los sistemas públicos y por sus políticas (no sólo las sociales, también las económicas o las de seguridad, por ejemplo).Porque la subsistencia tiene que ver con el nivel de ingresos, pero sólo en parte. Sin ingresos (bien económicos o en especie), no hay subsistencia, en eso estamos de acuerdo. Ahora bien, los ingresos ¿garantizan la subsistencia? Yo diría que no. Voy más allá: en algunos casos garantizan lo contrario.
En Servicios Sociales estamos acostumbrados a trabajar con familias con ingresos superiores al nivel de renta que podríamos considerar insuficiente para vivir, que a pesar de ello no consiguen garantizar a sus miembros los mínimos vitales para subsistir.
Está de sobras estudiado que, en muchas familias, el verdadero problema no es la falta de recursos, sino el adecuado uso y aprovechamiento de los mismos. Son familias en las que coexisten otros problemas (salud mental, toxicomanías, violencias varias, negligencias y otros…)
Personalmente, creo que en el campo de la subsistencia, este es el único territorio en que la intervención desde los servicios sociales tiene sentido. Pero para poder hacerla, hay un requisito imprescindible: que se garantice un nivel ingresos suficiente a todas las personas.
Y de eso estamos cada vez más lejos. En materia de supervivencia, se ha impuesto el “sálvese quien pueda” y el incremento de la desigualdad y el retroceso en la cohesión social llevan camino de ser imparables.
Como imparable parece ya el retroceso de nuestra profesión, cada vez más asemejada a una "gestoría de prestaciones economico-sociales" donde el trabajo social de casos ha sido relegado a una caricatura.
Es urgente revertir este proceso en el trabajo social y acompañarlo de profundos cambios legislativos y organizativos en el sistema de servicios sociales
Espero que no sea ya tarde.