Y para hablar y hablar sin decir nada lo mejor es usar muletillas como pegamento universal. (...)
No hay que pensar. Se plantan con el micrófono en el lugar de los hechos y, rodeados de vecinos, ponen el automático: tópico y es que frase hecha, eso sí refrán y es que frase hecha, eso sí dicho y es que lugar común. Qué pereza mental. Qué matraca.
La entrada completa no tiene desperdicio y la podéis leer en su blog, 625 ranas. Altamente recomendable para los adictos a la caja tonta.