El roce hace el cariño y es cierta esta idea, más se rompe la regla, cuando hablas de la corporación que te da servicios
Ante las molestias que provocan sus técnicas de ventas, estimas, no permanecer en entornos donde parloteen sin parar en medios o redes. Terminas borrando, sin abrir, sus constantes intentos a través de correos o sms y avisas, volcando esfuerzos en ser lo más amigable posible, de que, cuando la necesidad apriete, bien podrás buscar información en redes, acercarte a sus tiendas o marcar el número de teléfono del que, sin tener esa necesidad apremiante, huyes como si tuviera la peste.
¿Llamar? tiemblas ante una simple incidencia técnica. Te horrorizas ante un mísero cambio de domicilio y desde luego, no me encontrarás tomando cañas con algo o alguien que no escuche, con la misma intención con la que yo lo hago. Relación, la justa y si es mínima, mejor, imagino que lo mismo espera la compañía de mi y así lo doy por cierto porque, si fuera al contrario, todos sus departamentos activarían justo la acción que aparece en sus nombres, Atención al cliente sería atención al cliente. Soporte daría soporte. Reclamaciones existiría más allá del nombre de cuatro operadores que piden disculpas con las manos atadas para dar soluciones ... y bajas, no sería un laberinto, sin pasiones, donde si no aguantas hasta la 7ª transferencia no te llaman "Cliente preferente" y te dan la super oferta, después de haber regateado hasta la tinta que, ya no usan para confeccionar contratos, ahora apalabrados por teléfono, donde te cargan lo que nunca te dijeron y donde sufres el hambre de operadores obligados bajo amenazas a conseguir si, a pesar de haber oído no o ni siquiera haber ofrecido. A fin de cuentas, cuando tengas que reclamar la "fantasma" grabación, posiblemente hayas muerto después de pedirla, un millón de veces y con toda probabilidad, si existiese, desaparecería por aras de un "demonio" malo, antes que reconocer que atados y bien atados, tienen a sus empleados, casi como esclavos a las condiciones firmadas o pactadas en el contrato.
¿Casarte? no, no quiero y no levantaré una voz recomendando, más allá de estudiar las "ofertas" y señalar, a quien pregunte, lo que mejor le convengan en ese momento. Love, ¿Porqué?. Fidelidad, hasta que termina la oferta o hasta que, la cárcel del compromiso, deja de pesar en la relación. ¿Casarte? no, ni por muy guapo que parezca, joven, perfectamente vestido o adecuadamente colocado que parezca.
Conocer el concepto de antilíbido, puede resultar de un suceso casual, reafirmarte en que existe es solo tener que encontrarte con la publicidad de semejantes mamotretos empresariales.
Orange, te trata de usted y aparenta un juego de cercanía, pretendiendo confirmar compromiso al noviazgo que cree estar trabajando, sin embargo, la vestimenta, en la lejanía del tratamiento mínimo de cortesía, nada más acercarte a su vera, no muestra hechuras correctas, percibes costuras aún hilvanadas y como descompensado en el diseño del patronaje: Brazos enormes, patas demasiado cortas en un tallaje, a todas luces más inadecuado que los colores chillones que tanto gustan a Arlequín y que tan mal quedan a estructuras viejas y apolilladas.
¿El esfuerzo? parece que fue impuesto, incluso, parecería que está completo. La realidad es que, el modo de tratamiento adivina que la comunidad, ya no es aquella donde nacieron otras, donde la adulación a un cliente con carencias en la percepción de su valía, exigía entrar por regar egos desnutridos que solo llegan a ser inflados con soberbia pero, la pecha, la pecha que aguanta el nuevo vestido, en realidad, sigue siendo aquella Imagen Corporativa acostumbrada a ganar, a pesar de los pesares de quienes tienen que relacionarse con ella.
Nunca sabes si es mejor relacionarte con la vieja y obsoleta Imagen Corporativa que ni siquiera muestra intención de cambio y que morirá cuando se hunda el bardo, o con la Imagen Corporativa disfrazada de Imagen de Marca, pero, lo cierto, es que molesta más cuando el engaño se vuelve enorme y absolutamente manifiesto.
Es de obligado recordatorio a Orange.es que aquello que yo crea, a través de tu discurso corporativo, por muy atractivo que aparente, o se manifiesta totalmente coherente con la acción o, seguirá manteniendo auténticos huracanes en sus puntos de encuentro.
Reputación es igual a la construcción de un Valor Funcional que pueda ser atado al Valor Emocional para ser trasladado como compromiso de obligado cumplimiento con la comunidad para levantar Valor de Responsabilidad Social Corporativa.
Y como parece tan complicado que más allá de aquel empleado, completamente desestimado por las cúpulas, se logre entender la fórmula, sugiero, en la comunidad
- Que tengas cuenta en redes, sobretodo en Twitter
- Que la conviertas en un espacio de alto valor
- Ama más a tu comunidad que a los que te cuentan cuentos sin experiencia profesional como cuentacuentos.
- Lánzala, con tino y mucha inteligencia, contra esos mamotretos, cuando la necesidad apriete.