Revista Ciencia

De las muchas afirmaciones

Publicado el 15 febrero 2010 por José Luis Ferreira
De las muchas afirmacionesTomemos la interpretación de los sueños. Hay que hacer una traducción del sueño y, tal vez, de alguna característica de la persona a una patología, obsesión o, en general un diagnóstico que permita la curación o mejoría. Para ello hay que traducir cada uno de los elementos del sueño en algo que tenga que ver con la psicología del sujeto y mostrar que eso tenga valor terapéutico.
El diccionario que indicara cómo hacer estas traducciones tendría literalmente decenas de miles de entradas. Cada una de ellas sería una afirmación del tipo: tal cosa en combinación con tales otras en tal tipo de sueño en tal tipo de individuo tiene tal significado. La validez de cada una de ellas debería estar respaldada por unos cuantos estudios que involucraran a un respetable número de casos y en lo que se tuvieran los cuidados de establecer grupos de control y usar el método del doble ciego, por lo menos. Necesitaríamos varias decenas de miles de estudios para validar la interpretación de los sueños como método de diagnóstico.
Pues bien, tal cosa no existe ni remotamente. Los analistas e interpretadores de sueños jamás se han preocupado de establecer la veracidad de sus muchas afirmaciones. Lo único que aportan para su defensa es que, aplicando de manera intuitiva unas reglas de interpretación determinadas, esas interpretaciones han funcionado según su experiencia y según la experiencia de otros que hacen como ellos. Los peligros documentados de sesgar la evidencia según las creencias son desdeñados. Se aparta el método científico en aras de un llamado método clínico, que solo significa que no se tienen más datos que la experiencia propia.
No sólo ocurre con la interpretación de los sueños. También sucede con el psicoanálisis, el test de las manchas de Roschach, el Tarot, la homeopatía, la lectura de manos, la grafología y tantas otras prácticas más. Cada una hace miles de afirmaciones sin aportar prueba alguna. A veces se presenta un estudio sobre la validez de una de las afirmaciones que se hace pasar por una validación de toda la práctica. Que en esos estudios suceda el interesante fenómeno de que, cuanto peor hecho está, mayor validez se encuentra y que cuando se hace bien no se encuentra ninguna es algo que no suele hacer mella en el entusiasmo de los seguidores.
Otras prácticas hacen también miles de afirmaciones, como hace, por ejemplo un médico tras consultar una analítica de sangre. La diferencia es que la mayoría de las afirmaciones que se hacen sobre los resultados de la analítica sí está respaldada por varios estudios publicados en revistas médicas y las que no están todavía respaldadas por toda la evidencia necesaria se siguen investigando.

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