Me acabo de terminar uno de los autos más sorprendentes que he leído. Si alguien quiere una lectura amena, esperpéntica y divertida por momentos, que aproveche las vacaciones y se ponga un auto en la maleta.
Según el Juez, Matas y sus compinches, confabulados como banda organizada, desviaron supuestamente la nada despreciable cantidad de 41 millones de euros. Si a usted le pasa lo que a mi, que a partir de los 100 euros ya tengo dificultades de medición de la cantidad, le hago el cálculo: Seis Mil Ochocientos Veintiún millones de pesetas.
Ahora que ya nos entendemos en la magnitud de la distracción de dinero público, hay que señalar, en justicia, que no todo el percal afanado fue a las arcas del Presidente que prometía tolerancia cero con la corrupción y su banda de cuatreros. No. En aquél asalto a la diligencia del dinero público, parte de lo sustraído fue a parar a manos del Partido Popular, que como buen hombre de partido, Matas no debió olvidarse de los detallitos. Todo esto supuestamente, ojo. No nos vayamos a desgraciar.
Según el auto, Nimbus, una agencia de publicidad, pagaba gastos del PP con el fin de sortear los límites de la ley electoral. Todo ello convenientemente puesto por la patilla y distrayendo las facturas. Confiesan la nada despreciable cifra de 71.000 eurillos, que en idioma de Cervantes de hace ná y menos eran casi doce millones de pelas en publicidad. Por estos delitos, a Matas le pide el juez tres añitos en la sombra. En total hacen 24 años de los que no cumplirá ni uno porque estas cosas siempre prescriben menos para los pringados, no se me ilusionen.
Pero si a esto le sumamos la sospecha de un contratillo que se le cayó a alguien en la Comunidad de Madrid, prima hermana de Baleares en cuanto a transferencias de buenas prácticas corruptas, y en cuyas alcantarillas del poder han quedado sobradas muestras de los negocios de la Gürtel, y de cuyo eco da buena cuenta Reyes Montiel en su blog, no es de extrañar que muchos ciudadanos y ciudadanas veamos con cierto estupor el silencio palmario de Rajoy, y que pensemos que estamos ante una acción concertada de varios gobiernos del Partido Popular, con la connivencia de la dirección del PP de financiarse ilegalmente siguiendo un manual.
Y si eso no es parecido a una mafia, que venga dios y lo vea.
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