Revista Baloncesto

De los Tar Heels a la NBA. Un duro camino por recorrer

Publicado el 04 enero 2010 por Héctor

Campeones de la NCAA buscan su sitio en la NBA. De izquierda a derecha, Wayne Ellington, Tyler Hansbrough, Ty Lawson, Ed Davis y Danny Green
El 6 de abril de 2009, los Tar Heels de la universidad de North Carolina se hacían con el quinto título nacional de su historia y el segundo de la década, después del que consiguieran en 2005. Los Spartans de Michigan State no fueron más que un muñeco en las manos de un equipo que arrasó en el torneo final de la NCAA, y que se proclamó campeón con una superioridad aplastante (89-72).
Del quinteto titular de aquella final, cuatro jugadores se declararon elegibles para el Draft de la NBA, dos después de su año junior y los otros dos tras completar el ciclo universitario en su totalidad. Desde entonces han pasado ya casi nueve meses, y puede ser un buen momento para analizar cómo les va hoy por hoy su aventura en la NBA después de un periplo tan brillante en el college.
Si empezamos desde la elección más baja a la más alta, el primero al que encontramos es Danny Green. Este atlético alero (1.98 y 22 años) era en los Tar Heels un complemento a los grandes anotadores que tenía el equipo de Roy Williams, y también el encargado de frenar a los forwards rivales. Después de completar su ciclo en North Carolina con 9.5 puntos y 4.1 rebotes de media (13.1 puntos y 4.7 rebotes en su año senior) se declaró elegible para el Draft. Al no ser un jugador demasiado brillante en ninguna faceta, cayó hasta mitad de la segunda ronda (puesto 46), elegido por los Cleveland Cavaliers. En los Cavs apenas ha gozado de oportunidades, ya que los pocos minutos en los que se sienta LeBron James los ocupa Jamario Moon o algún escolta. Así pues, Green sólo ha jugado hasta ahora 6 partidos, con una media de 1.2 puntos y 0.7 rebotes en sólo 2.3 minutos. Seguramente ser asignado a la D-League sea la única manera de que dispute minutos.
Al final de la primera ronda (puesto 28) cayó Wayne Ellington. Puede parecer un puesto muy bajo para un jugador que fue el MVP de la Final Four de 2009 y que estuvo en el mejor quinteto de la ACC en sus tres años en North Carolina. En 2008 ya optó por probar suerte en el Draft después de una gran temporada sophomore (16.6 puntos y 4.5 rebotes), pero los mocks no le ofrecían demasiadas expectativas, y decidió jugar un año más en la NCAA. La jugada le salió redonda, ya que hizo una gran temporada junior (15.8 puntos y 4.9 rebotes) y se alzó con el título nacional. A medio camino entre base y escolta (1.93 de altura y 22 años), su mejor virtud está en el tiro, pero sus carencias defensivas fueron las que le hicieron caer hasta una posición tan discreta. Los Minnesota Timberwolves buscaban un tirador exterior después de las bajas de Mike Miller y Randy Foye, pero tampoco puede decirse que Ellington esté disfrutando de mucha bola en el equipo de Minneapolis. Kurt Rambis prefiere jugar con dos aleros fuertes en el cinco inicial y durante muchos tramos de los partidos, y cuenta poco con Wayne. Hasta ahora, en 33 partidos (1 de titular) promedia 5.8 puntos y 2.3 rebotes en 17.2 minutos, pero también es cierto que parece que poco a poco va adquriendo mayor importancia en la rotación. En los últimos tres partidos ha registrado 14 puntos por noche, y da la sensación de que va a más, por mucho que esté en uno de los peores equipos de la liga.
El mejor jugador de aquella final de abril del año pasado fue sin duda Ty Lawson. Este pequeño base (1.80 y 22 años) fue el máximo anotador del encuentro con 21 puntos, y además batió un record histórico con sus 8 balones robados. Igual que Ellington, ya había probado suerte en el Draft de 2008, pero retiró su candidatura para regresar a la NCAA y completar un tercer año tan exitoso como el de su compañero. Dejó la universidad con un promedio de 13.1 puntos y 5.8 asistencias (16.6 puntos y 6.6 asistencias en su año junior), siendo elegido en el Segundo Quinteto All-American en 2009. Los Wolves lo eligieron en el número 18 del Draft, pero nunca llegaría a compartir vestuario con su ex compañero Ellington. Minnesota ya había elegido a dos bases en el top ten (Ricky Rubio y Jonny Flynn, en previsión de lo que pudiera pasar con el futuro del primero, una decisión acertada visto lo visto), por lo que un tercer base rookie era totalmente innecesario. Por ello, traspasaron a Lawson a los Denver Nuggets, a cambio de una futura elección en primera ronda. En el equipo de Colorado, disputa el puesto de base suplente con el veterano Anthony Carter, ya que Chauncey Billups es el titular indiscutible. Sin embargo, George Karl ha utilizado en muchos momentos un sistema con dos bases, en el que Lawson ha encontrado muchas oportunidades gracias a su velocidad y su acierto en el lanzamiento. Además, la reciente lesión de Billups le ha abierto la puerta de la titularidad, y está respondiendo a la perfección. Como titular, su media es de 15 puntos y 5.8 asistencias, con un magnífico 54% en tiros de campo. En los dos últimos encuentros ha anotado 23 puntos en cada uno, su mejor marca como profesional. De momento, su promedio en 34 partidos (6  de titular) es de 9.2 puntos y 3.7 asistencias en 22.2 minutos, y con cada vez más admiradores en la grada del Pepsi Center.
Y finalmente tenemos que hablar de Tyler Hansbrough. Psycho-T representa el paradigma de una carrera universitaria ejemplar en EE.UU. Al contrario que sus compañeros, Hansbrough nunca contempló la posibilidad de ir a la NBA sin completar su ciclo en el college, por lo que su trayectoria en North Carolina es una de las más impecables que se recuerdan. Novato del año de la ACC en 2006, cuatro temporadas en el mejor equipo de su conferencia, dos veces en el Mejor Quinteto de toda la NCAA y Mejor Jugador Universitario de 2008 para todos los medios, los números de Hansbrough con los Tar Heels (20.2 puntos y 8.2 rebotes) superan incluso a los del mismísimo Michael Jordan. Cualquier otro jugador con esas cifras habría sido un número uno del Draft de forma clara, pero Tyler es un jugador especial. Los scoutings le consideran un jugador falto de centímetros (2.05) para ocupar la posición de power forward en la NBA, y falto de velocidad y tiro para jugar de alero. Estas carencias las compensa a base de entrega, intensidad y pasión, unos aspectos en los que pocos pueden hacerle sombra. Los Indiana Pacers confiaron en este chico de Missouri y lo eligieron con el número 13 del Draft. Una inoportuna lesión le hizo perderse gran parte de la pretemporada, por lo que llegó al inicio de campaña falto de ritmo de competición. Sin embargo, ya enamoró a los fans del Conseco Fieldhouse desde el primer partido, en el que hizo 13 puntos en 14 minutos. Jim O'Brien lo utiliza en la segunda unidad para aportar intensidad desde el banquillo, y hasta ahora registra en 25 partidos 9.2 puntos y 5.1 rebotes en 19 minutos, aunque con un pobre 36.5% en tiros de campo.
Nueve meses después de que tocaran el cielo al ganar la NCAA, estos cuatro jugadores están buscando su sitio en la mejor liga del mundo, con más o menos oportunidades. Habrá tiempo para calibrar sus carreras, pero de momento están en ese momento tan complicado en el que tienen que demostrar que su lugar está en la NBA. El paso de jóvenes universitarios a profesionales es, sin duda, un duro camino por recorrer.

Volver a la Portada de Logo Paperblog