Me gustaría empezar este post sobre Madrid recordando unas palabras de Eduardo Mendoza en la novela Riña de gatos. Madrid 1936:
"A diferencia de tantas otras ciudades de España y de Europa, el origen de Madrid no es griego, ni romano, ni siquiera medieval, sino renacentista. Felipe II la creó de la nada estableciendo allí la corte en 1561. Por esta causa, Madrid no tiene mitos fundacionales que se remonten a una oscura divinidad, ni una virgen románica la acoge bajo su manto de madera tallada, ni una augusta catedral proyecta su aguzada sombra en la parte vieja. En su escudo no campa un aguerrido matador de dragones; su santo patrón es un humilde campesino en cuya memoria se organizan verbenas y ferias taurinas. Para mantener el don natural de su independencia, Felipe II construyó El Escorial y alejó así de Madrid la tentación de convertirse en un foco de espiritualidad además de ser un foco de poder. Gracias a estas prudentes medidas, los madrileños tienen muchos defectos pero no son unos iluminados."
Y es que quiero aprovechar el post para explicaros a los no madrileños que, sin embargo, sin ser unos iluminados, los madrileños pensamos que de Madrid se va directamente al cielo. Para conseguirlo simplemente deberéis cumplir con diez mandamientos: visitar diez lugares emblemáticos de mi ciudad (sí, hay más sitios a visitar, pero este es mi blog y por tanto mi elección):
1. El Madrid de los Austrias, sobre el que ya escribí recomendando una ruta en un post de abril de 2013 (por cierto el más visitado por vosotros): ¿el recorrido propuesto? En http://idejaime.com/el-madrid-de-los-austrias/
2. El Triángulo del arte: un recorrido fundamental de la pintura desde la Edad Media hasta nuestros tiempos. Como merece un tratamiento aparte, os recomiendo el post anterior dedicado a esta oferta de Madrid.
3. Gran Vía: es probablemente la calle más conocida de Madrid, y pocos saben que su diseño final no llegó hasta 1899 (aunque las obras no terminaron hasta 1929). Para ello hubo que demoler más de 300 casas y afectó a casi 50 calles. Eso sí, gracias a su construcción se consiguió una mejor comunicación entre el centro de Madrid (Calle Alcalá) y el noroeste de la ciudad (Plaza de España).
Actualmente, en este gran centro neurálgico de Madrid encontraremos básicamente tres tipos de establecimientos: restaurantes, tiendas de moda y cines. Aunque a día de hoy los cines están de capa caída, se ha sustituido su oferta cinematográfica por los grandes musicales que han hecho de ella el broadway madrileño, haciendo de esta calle una de las más vivas de la ciudad, de día y de noche.
4. Cibeles: además de ser conocida por ser la plaza donde el Real Madrid celebra sus triunfos (la cercana Neptuno es donde lo celebra el Atlético de Madrid) es donde se sitúa el hermoso edifico o Palacio de Telecomunicaciones (llamado también de Correos), sede del Ayuntamiento de Madrid y que, sin duda, merece la pena visitar. Adjunto foto del fin de carnaval del año pasado (sin títeres):5. Alcalá: a unos metros de Cibeles nos encontraremos con otra plaza muy conocida de Madrid, y donde se ubica, mírala, mírala, la Puerta de Alcalá, uno de los monumentos más representativos de la ciudad. Se encuentra en el inicio de la calle Alcalá, en la Plaza de la Independencia. Se inauguró en 1778 de la mano de Francisco Sabatini, y recibe ese nombre, al igual que el de la calle con el mismo nombre, porque están situadas en el camino que existía para ir a Alcalá de Henares.
En sus orígenes, fue una de las cinco puertas que daban acceso a la Villa de Madrid, y en 1889 se convirtió en plaza. Por su situación, en la esquina noroeste del Parque del Retiro, la visita a la Puerta de Alcalá es una buena oportunidad para adentrarnos en éste.
6. El Retiro: es el parque más importante de Madrid desde su apertura al público en 1868, y su nombre completo es Parque del Buen Retiro. En él hay muchas actividades que disfrutar: espectáculos de marionetas, músicos, lectores de manos, adivinos y videntes son algunas de las distracciones habituales. Pero además:
- El Estanque: el estanque artificial es una de las primeras imágenes que veremos si entramos por la ya mencionada Puerta de Alcalá. Podréis alquilar barcas de remos o hacer un pequeño tour colectivo.
- El Monumento a Alfonso XII: impresionante monumento situado en una de las orillas del estanque anterior. Fue inaugurado en 1922 y los domingos encontraréis mucha gente cerca de él tocando timbales y otros instrumentos.
- El Palacio de Cristal: construido en 1887 junto a su lago artificial, el Palacio de Cristal es la sede de muchas exposiciones temporales. Inicialmente se usó como invernadero.
- Y como anécdota o curiosidad, no dejéis de visitar la estatua-fuente dedicada al Diablo, o Monumento al Ángel Caído, que podréis encontrar ¡a 666 metros de altitud sobre el nivel del mar!
Para no perderos adjunto un mapa del Retiro (con el Ángel Caído), más práctico sin duda que una foto:
7. Plaza de España: localizada entre la Gran Vía y la Calle Princesa, cuenta con 36.900 m 2, algo que la convierte en una de las plazas más grandes de España. Se trata de un lugar céntrico y único, ideal para relajarse contemplando el continuo movimiento de la ciudad, para hacer una parada y elegir entre decenas de restaurantes y espectáculos cercanos, o para ver:
- La Torre de Madrid: con 142 metros de altura fue el edificio más alto de Madrid en su momento y durante algunos años el edificio de hormigón más alto del mundo.
- El Edificio España: muy en boca de muchos por su futuro incierto incluye un peculiar frente escalonado de ladrillos rojizos. Tras albergar apartamentos y viviendas de lujo además de un centro comercial, en la actualidad se encuentra cerrado.
- La Casa Gallardo: localizada en la esquina con la calle Ferraz, la Casa Gallardo es un impresionante edificio modernistaconstruido entre 1909 y 1914.
- El Monumento a Miguel de Cervantes: inaugurado en 1929, el monumento coronado por una bola del mundo que se encuentra en el centro de la plaza representa a Cervantes con sus dos míticos personajes, Don Quijote y Sancho Panza.
La hora preferida para visitar el Templo de Debod es al atardecer, es cuando la luz es más bonita y ya podéis aprovechar para verlo iluminado. Acceder al interior del templo, a pesar de no estar tan bien conservado como los templos egipcios, es gratis y merece la pena, sobre todo si no habéis visitado Egipto.
Una alternativa añadida es visitar el Teleférico con vuestros hijos que sale a apenas unos cientos de metros del Templo.
9. Las cuatro torres: representan la parte más moderna y futurista de Madrid. Se sitúan al norte de la capital y la componen:- Torre Foster (también llamada Repsol, Caja Madrid y Torre Bankia aunque actualmente la utiliza la compañía CEPSA): es el edificio más alto de España con 250 metros de altura y es obra de Norman Foster.
- Torre PwC (PricewaterhouseCoopers o como dirían algunos House Water Watch Cooper): es la única de las cuatro torres construida por arquitectos españoles con una altura de 236 metros. En esta torre se encuentra uno de los hoteles más lujosos de Madrid, el Eurostars Madrid Tower. Teniendo en las dos últimas plantas un lujoso restaurante panorámico.
- Torre de Cristal: construida por el mismo arquitecto que las Torres Petronas de Kuala Lumpur, es la segunda más alta de las cuatro torres con 249 metros de altura.
- Torre Espacio: con 57 plantas destinadas a albergar oficinas de importantes empresas y diversas embajadas.
Todos los días las veo al ir a mi trabajo en Plaza de Castilla, y un día de niebla pude sacar esta curiosa foto:
10. Por último quería haceros una recomendación sobre el décimo mandamiento que debéis cumplir si queréis llegar desde Madrid al cielo sin pasar por la casilla de salida: disfrutar de un café o un típico chocolate con porras o churros en alguno de los muchos cafés de Madrid (ver enlace con las mejores recomendaciones de los viajeros), y que muy bien describía Eduardo Mendoza en la novela que daba pie a estos posts sobre Madrid:"Admiraba la variedad de locales que Madrid ofrecía al ciudadano. Ni siquiera los afamados cafés de Viena se podían comparar a los de Madrid. Los cafés de Viena le producían una enojosa sensación de teatralidad y decadencia; en Madrid, por el contrario, no había nada de anacrónico en aquellos locales llenos de vida. Los cafés de Madrid, a diferencia de los de Viena, no tenían las paredes cubiertas de espejos, porque los madrileños no los necesitaban: en los cafés de Madrid los clientes se miraban directamente entre sí, sin disimular su curiosidad. Pero en este desempacho no había nada de malo, porque en los cafés de Madrid, con la misma ligereza que se mira, se olvida."