Me encantan las cosas bonitas y su título lo es.
Me corrijo, me gustan las preciosidades, y la palabra “wallflower” lo es.
Y sí, lo has adivinado, me la he visto por eso mismo, porque pensé que sería una pena desperdiciar esas preciosas palabras en una mala película… Y, bueno, ha estado bastante a la altura.
No quiero pensar en la traducción española, porque sí, no critico, sería la mejor acepción que encontraron pero… pierde la magia.
Incluso la latinoamericana me gusta más, aunque se sigue perdiendo el matiz de cosquillita especialmente especial…
Ya me contaréis si os gustó/gusta/gustará o si, por el contrario, dejaréis secar a las wallflowers a vuestro paso. Dios, me pasaría escribiendo y pronunciando en mi mente loca esta palabra todo el día…
Lo dicho, le daremos una oportunidad al libro, por leer la palabrita una vez más aunque sea;
aunque sea solo por eso, sí.