© Pedro Jaén
(@profesorjaen)
Los telediarios y grandes medios que mueven a las masas ignorantes (y votantes) mantienen al ganado entretenido con asuntos tan innecesarios como ideológicos y guerracivilistas. Medidas que un gobierno indecente presidido por un impresentable e imprevisible nuevo ZP -en versión concentrada- está llevando a cabo sin haber pasado por las urnas.
Y mientras tanto, la supuesta derecha libra batalla interna entre dos candidatos que, bajo mi punto de vista, no podían haber elegido mejor los hashtags de sus campañas.
Por un lado, la del discurso buenista y vacío, la que se supone que aplicó un 155, la que va a terminar por liquidar lo que queda del PP, curiosamente dice #ParaQueGaneElPP, frente a un Pablo Casado (#IlusiónPorElFuturo) que lo que hace es rebobinar la cinta que un valiente Santiago Abascal (VOX) ha estado difundiendo antes en solitario (y ya no tanto) por toda España.
Pero vuelvo al elegido por Soraya, porque es donde creo que sus expertos en marketing (o ella misma) se han desnudado hasta quedar en evidencia. Vamos a ver: la cuestión no es que gane el PP o no, porque a la vista está que jamás un partido político en democracia tuvo tanto poder territorial y menos hizo de lo que decía en su programa. Es más, continuó la política social de Zapatero y no dejó de ningunear a sus votantes con medidas que hicieron que un héroe nacional como es Ortega Lara se unieran a VOX. ¿Para eso dice Soraya "#ParaQueGaneElPP"? Yo quiero que gane España, su unidad, que los políticos cumplan y hagan cumplir la Ley, tengan vergüenza y pagar menos impuestos. Y el partido que cumpla eso -que se dice pronto- a mi juicio será el que deba ganar. Se olvida que los partidos son sólo un medio para mejorar la situación política, social y económica, y no mafias de colocación de parentelas que "ya si eso" inventan -no solucionan- problemas para entretener al personal al que siguen exprimiendo con más impuestos.
Una pena, porque además los poderosos están forjando una sociedad anclada en el pasado y sin apostar por la familia. Ciudades con más perros que niños y ataques constantes a la libertad individual.
Sólo desde la perseverancia, la cultura y la conciencia de que es España misma la que está en juego, los que madrugamos y trabajamos podremos seguir viviendo en un espacio de concordia, respeto por las leyes que nos damos todos y amor a una nación cuya Historia es tan grande como tergiversada por los tristes que tanto la odian.