Ser mentiroso es ser listo... y no quiero que saquéis malas conclusiones sobre mi, pero es que esta mañana me encontré un artículo que decía: "el castigo no impulsa a los niños a decir la verdad". Según un estudio de la Universidad McGill de Montreal realizado con 372 niños de entre 4 y 8 años los niños/as dicen menos la verdad si se les amenaza con castigarlos. ¿Cómo han llegado a esta conclusión? Resumiendo rápidamente, a los niños se les daba una orden: "no podéis mirar al juguete cuando me vaya", el adullto salía de la habitación y luego, al volver, le preguntaba si había mirado al juguete o no - todo esto se grababa con cámara oculta. Y es que ¿quien no ha mentido alguna vez? cómo ya dije en la entrada "me miente con los deberes" las mentiras hay que desmitificarlas. La mentira es una estrategia comunicativa que muestra que la persona que lo usa es inteligente. Si, inteligente, que es capaz de tener recursos de salir de situaciones que le pueden comprometer. Por tanto si vuestro hijo miente, es que es un niño/a listo.... ¿le hacemos una fiesta entonces? seamos sensatos, la mentira no nos gusta a nadie porque significa engaño y desconfianza.Debemos tener en cuenta, en segundo lugar, que la mentira no es cosa de uno, sino que nace de la relación con los demás, es una construcción conjunta (1 + 1 son 3) . Esto significa que, para que haya un mentiroso tiene que haber alguien que esté en una posición superior y que sea capaz de producir miedo en la otra persona (normalmente la mamá/papá). De esta forma el miedo lleva a la mentira. El castigo no promueve la sinceridad. Este estudio viene a poner en evidencia que si quieres que tu niño/a sea sincero no puedes utilizar la amenaza a castigarlos cómo método. El miedo a ser castigados funciona cómo una alarma que pone en marcha la mentira cómo salida a una situación de la que seguro va a salir mal parado/a.¿Qué hacer entonces?También demostraron que si se les pide a los niños que sean sinceros ya sea para complacer a mamá/papá o porque si lo hacen estarán haciendo lo correcto, éstos dicen más veces la verdad. De este modo tenemos que pensar un poco en alternativas, por ejemplo
- Premiar y remarcar los momentos en que la sinceridad se produce. "Me siento muy bien cuando me dices que ha pasado, porque así mamá/papá lo puede entender"
- Castigar menos y ofrecer alternativas de reparación cuando se descubre la mentira. "Se que no has sido sincero pero si reparas lo que has hecho podremos ir al parque juntos"
Dejo abierta la pregunta a modo de reflexión y de ahí el título de la entrada "de niños mentirosos... ¿padres castigadores?" porque, sin duda, cómo reaccionamos nosotros ante la mentira hace que ésta se mantenga o que se pueda cambiar. Referencias bibliográficasRevista Tendencias sociales: El castigo no impulsa a los niños a decir la verdad. Consultado el 11/12/2014 a las 12:06.Katherine Gombay. Universidad McGill. Punishing kids for lying just doesn't work. Consultado el 11/12/2014 a las 12:09