Aprovecho estos días de temporal para contemplar los cielos, embelesarme con las nubes que sobrevuelan los árboles en los campos de mi tierra.
Nubes sombrías, de agua y vida, que llegan con los vientos ábregos... y pasan. Árboles-héroes durante décadas en pie, resistiendo vendavales, aportando al suelo caudal y belleza a mi mirada.
Campos mojados, siembras húmedas, dehesas fecundas. Mi vista se recrea también bajo matices de gris, a través del blanco y negro.