Revista España
Tengo debilidad por lo antiguo, incluso lo viejo, los objetos de otros tiempos y las historias que callan.
Siempre me gustó disfrazarme con lo que encontraba en los baúles de mi abuela o engatusar a mi madre para calzarme su vestido de novia.
Por eso cuando entré en la tienda 7 mundos quedé embobada con lo que allí se guarda. Es como un gran armario-vestidor repleto, sobre todo, de atuendos del siglo XIX.
La descubrí uno de esos domingos de callejeo por el Rastro. Solo abre sábados y domingos de 12 a 14, los justo para curiosas como yo y afortunados que se puedan permitir llevarse alguna prenda a casa pues si no recuerdo mal el vestido de la entrada ronda los seiscientos euros.
¿Cual me llevaría yo si pudiera? El de terciopelo verde sin duda.
Aunque también me llama ese nostálgico vestido de chulapa que seguro habrá bailaO más de un chotis en verbenas madrileñas.