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Posteriormente a este atentado ha desembocado en la retención de varios rehenes en una imprenta y en un supermercado judío, con la impecable accción de las fuerzas de seguridad francesas, para resolver este conflicto.El humor satírico expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco: un «deber ser». En Francia, la propia Charlie Hebdo representa esta sátira o el periódico Le Canard Enchaîné. En España, nos remontamos al mismísimo Francisco de Goya, que ya lo muestra en sus pinturas negras. De La Codorniz a El Jueves, el último referente es la revista Mongolia, nacida de la anterior cabecera Público, cuando se escinde su versión en papel y pasa a internet únicamente.Con un aire parecido al magacine francés, Mongolia provoca con un humor atrevido y sin miedos, desde la política a la religión católica. No en vano, ha reconocido haber recibido amenazas de grupos extremistas religiosos. La revista satírica utilizó la imagen de la Virgen de la Esperanza Macarena y fue critiada por ello.
En este sentido, la Hermandad de esta advocación ha registrado la imagen para proteger los derechos de reproducción. Mongolia, al ser una publicación de humor satírico, hace crítica de muchos fenómenos de actualidad y representaciones, no menos al sentir religioso y a sus manifestaciones, como la Semana Santa. Así la define Jonathan Blitzer, The New York Times: Mongolia destripa los mitos, posturas y privilegios cimentados durante la Transición Española.
La repercusión mediática y política del atentado mortal contra Charlie Hebdo nos hace reflexionar sobre lo que se satiriza y sobre la lejanía o cercanía de ese objeto parodiado. La reacción de solidaridad puede ser inversamente proporcional a la distancia de lo que se apoya.