Los Cometas pasan cerca de la Tierra con la suficiente cercanía como para ser una visión común en nuestros cielos. El famoso Cometa Halley, por ejemplo, pasa cerca de nosotros cada 75 más o menos; se espera que podamos verlo en el 2061.Se sabe que los cometas están hechos de hielo y polvo congelado, pero en su empeño por descubrir cuál es su composición exacta la NASA decidió analizar un trozo. Para ello se puso en marcha una misión llamada Deep Impact en la que se envió una sonda al espacio para investigar estos proyectiles cósmicos. La sonda obtuvo imágenes de un pequeño cometa dentro de la familia de Júpiter, el Tempel-1, que lanzó restos que le permitieron tanto a la sonda como a otros telescopios estudiar la composición mediante espectrometría infrarroja. Al descomponer la luz arrojada por estos restos, el Telescopio Espacial Spitzer pudo determinar los rastros químicos de una gran variedad de compuestos, incluyendo hierro, arcillas, carbonatos, silicatos y, lo más curioso, el mineral del que se compone la gema espinela (una de las joyas de la corona británica). El rastro de vapor se compone de vapor de agua y dióxido de carbono.CIENCIA-2
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