Revista Medio Ambiente

¿De qué tienes miedo?

Por Valedeoro @valedeoro
¿De qué tienes miedo?

El miedo es una emoción fascinante. Es la mejor fuente de motivación que existe - más fuerte que las recompensas y los objetivos. Consigue que reacciones de inmediato - aunque a veces significa que te quedes paralizada. El miedo te protege: te ayuda a decidir si es mejor correr o callar - todo para aumentar tus posibilidades de supervivencia.

Es un mecanismo genial para lidiar con animales salvajes y guerreros hostiles. A falta de estas amenazas, el cerebro ahora se dedica a evitar los cambios. Es fácil de entender: si no hay peligro de muerte tal como están las cosas, ¿para qué arriesgarse? Es mucho mejor invertir toda tu energía en asegurarte que no haya cambios, por si acaso.

Y así el miedo cambió de objetivo. A falta de tigres, se dedica a fabricar pesadillas cuando contemplas pedir una semana de vacaciones / llamar a la compañía de seguros para reclamar un daños / hablar con la profe de tu hijo sobre su falta de paciencia.

No existen miedos ridículos, solo cambios posibles

El miedo más grande del miedo es ser nombrado. Nombrar el miedo le quita su poder. Puede dictar tus pasos cuando consigue esconderse detrás de una sensación incómoda e difusa. En el momento que te das cuenta qué se esconde detrás de esta sensación, el miedo pierde sus garras.

Así que el miedo se ha hecho muy amigo de la vergüenza. Juntos te convencen de que tus miedos son ridículos, que son cosas tuyas, que son tus nervios, que es mejor ignorarlos para que no te tachen de loca. Así, cuidadosamente, te empeñas a no interferir con el mundo que te rodea para que todo se mantenga exactamente como está.

A no ser que el status quo te molesta y se te acaba la paciencia. A no ser que quieres un cambio y buscas por dónde empezar. A no ser que un día decides que ya no vivirás tu vida de puntilla.
Nombrar el miedo te devuelve el poder de crear tu propia historia.

¿Qué hago con el miedo?

Yo también tengo miedos, y mis miedos también me parecen ridículas. Aún así, estoy consciente de que cada miedo es la oportunidad de una mejora.

Puede que al reconocer un miedo, lo puedo aceptar como emoción válida y útil. Puede que al nombrar un miedo me doy cuenta de todas las opciones que tengo para convivir con el y transformarlo en algo que sí añade valor a mi vida.

Así que he decidido cambiar de lenguaje cuando reconozco mis miedos. Cambio el "tengo miedo de" por "me preocupo por". Es más fácil dejar ir la preocupación que huir del miedo.

Tengo miedo de la carrera de los 100k en Abril. >> Me preocupa no llegar al nivel de entrenamiento necesario para la carrera de Abril.

De repente se me ocurren muchas soluciones: puedo retomar el plan de entrenamiento. Puedo inscribirme para carreras intermediarias para crear metas a corto plazo. Puedo reanudar el contacto con el grupo de runners de la ciudad. La sensación confusa que me ha llevado a ignorar las mensajes de whatsapp de mi equipo se ha evaporado. En su lugar ahora tengo opciones y puedo actuar.

¿De qué tienes miedo?

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Imagen original: Brina Blum / unsplash


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