Revista Opinión

De refugiados y problemas sin solución

Publicado el 18 marzo 2016 por Vigilis @vigilis
Hablar de la cuestión de los refugiados es harto complicado porque se mezclan muchas cosas y se manejan frívolamente los conceptos. A la dificultad que plantea el desconocimiento del significado de las palabras se le suma la moda del uso de datos. Ante el uso de datos la primera impresión es buena: los datos sirven para establecer un punto de partida, digamos, objetivo. El problema es que el empleo de los datos no tiene nada que ver con la objetividad: si alguien te enseña una docena de datos pregúntate qué otros datos no te está enseñando. Y luego está el problema de las ONG y asociaciones diversas cuyo único interés es vender su necesidad recurriendo a la demagogia. No les culpo, hay que comer, aunque me repugna ver cómo usan el sufrimiento ajeno. Es más, apenas distingo a las ONG-súperpreocupadas-tía de las mafias de traficantes de personas. Miento: las mafias me merecen un poquito más de respeto porque se la juegan.

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Huir a Uzbekistán me empieza a parecer una buena idea.

Primera cuestión para hablar de los refugiados es saber qué es un refugiado. En la prensa vemos la palabra refugiado con insistencia debido al desplazamiento de personas de la Zona de Guerra Infinita. La agencia de Naciones Unidas para la ayuda al refugiado distingue entre refugiado y asylum-seeker (peticionario de asilo). Realmente cuando en las noticias mencionan a los refugiados se están refiriendo a peticionarios de asilo (las más de las veces. Los conceptos se mezclan porque en realidad a los jefes de redacción no les importa demasiado el tema). El refugiado es alguien que ha pedido asilo en un país que no es el suyo y se lo han concedido. El peticionario de asilo es alguien que está esperando a que le concedan el asilo —esencialmente se trata de un inmigrante ilegal con probable justificación para ser acogido, es decir, tampoco es que sea exactamente un inmigrante ilegal—.
Los países europeos tienen la manía de no imitar las formas de gobierno que vemos en Mad Max y por eso existen cauces legales y burocracia y el estatus de refugiado no se concede de forma automática. Es más, el acogimiento del inmigrante no se puede hacer a la ligera no porque los europeos seamos malvados sino porque si se hace, las mafias tendrán incentivos para poner en mayor riesgo la vida de mucha más gente. Tener un guardia en la frontera salva vidas de inmigrantes. Esto no lo escuchamos mucho porque la vida del inmigrante no importa demasiado a las hordas de fariseos y sus concursos fotogáficos tan vomitivos como lacrimógenos.
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La segunda cuestión tiene que ver con el famoso egoísmo europeo. El país con mayor número de nuevos peticionarios de asilo del mundo (datos de 2014 de UNHCR) es Rusia con 275.000. El segundo es Alemania —"la Alemania de Merkel"— con 173.000 y el tercero Estados Unidos —"aquí huele a azufre"— con 121.000. A partir de 2014 existe un repunte en el número de peticionarios de asilo debido a la política de apaciguamiento de la OTAN respecto a Rusia: el ejército de violadores conocido como Daesh se hizo con el control de grandes zonas en Irak y Siria y el desplazamiento de civiles se disparó. En relación a la población Suecia cuenta con 24 peticionarios por cada 1.000 habitantes, Malta 17, Luxemburgo 13, Suíza y Montenegro 12, etc.
La procedencia de los peticionarios en todo el mundo, por orden de cantidad, es: Siria, Irak, Afganistán, Serbia, Eritrea, Pakistán, China roja, Nigeria, Irán, Somalia, Rusia, Albania, Ucrania y México. El mundo es un lugar muy grande, los conflictos no caben en un tuit y el progre de guardia cree descubrir el Mediterráneo con cada "dramita de la semana".
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Más cosas sobre la aberrante idea de que esto no es Mad Max. Mientras solucionan su estatus legal el peticionario de asilo es acogido en diversos lugares según las posibilidades y las leyes del país de acogida. Se montan campamentos o se dedican viviendas e infraestructuras públicas para acogerlos. Como no tienen derecho a trabajar se les puede proporcionar una paga pública (el equivalente al coste de un BigMac al día es una buena aproximación, aunque cada país va por libre), según dónde se ubiquen y quién se encargue de cada grupo se les proporciona atención sanitaria y educativa (a niños y a mayores). Si vemos imágenes degradantes de peticionarios caminando por campos de Macedonia bajo la lluvia ("oh dios mío la lluvia moja", se lamenta el progre de guardia entre muffin y muffin) es porque Macedonia no acoge a esos individuos concretos, sino que los deja circular para ir a otro país. ¿Se pueden hacer mejor las cosas? Claro. Se puede y se debe. Ahora, yo no acepto la culpa de que los caminos macedonios sean como los de la Galicia de circa 1992. Ni mucho menos Merkel tiene la culpa de que el agua moje.
Al de refugiado y peticionario de asilo hay que sumarle un tercer concepto que es el de la protección humanitaria. Este es un concepto que emplea Naciones Unidas conscientemente con gran vaguedad. No se trata de gente desplazada por un conflicto sino por circunstancias personales: estar condenado a muerte, haber sufrido torturas, etc. Hay gente a la que se le concede protección temporal durante unos años, pasando a adquirir lo que llamaríamos permiso de residencia extendido (pero aun así limitado). Como vemos, los mecanismos disponibles por el derecho internacional y especialmente en los países de la UE, EEUU, Corea del Sur y Japón son numerosos y garantistas. Puede tardar más o menos pero es prácticamente imposible que no siendo un criminal buscado y viniendo de Aleppo no te concedan asilo.
Una vez concedido el asilo y siendo ya refugiado aparecen nuevos problemas. Al refugiado ya no se le puede mover para que lo acoja otro país (al peticionario todavía sí porque se encuentra en cierta bruma legal). Por eso en la UE hay un problema con esto que no se resuleve en dos tardes: muchos peticionarios eligen ir a unos países y no a otros. No es que España o Polonia "acojan a pocos" es que prefieren ir a otros sitios (Alemania, Suecia) y una vez conseguido el asilo pasan a tener ciertos derechos, no son vacas. Por eso que en algún ayuntamiento controlado por los reaccionarios haya cartelones de "Refugees welcome" no sirve para nada, salvo para hinchar el ego de los mastica-muffins adoradores del iPhone. Si de verdad quisieran recibir a peticionarios tendrían que producir anuncios para ser emitidos en las televisiones por satélite de la Zona de Guerra Infinita, no cuatro carteles de purrela hipócrita lava-conciencias que además cuelgan aquí para que los vean los paisanos de aquí.

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"Refugiados bienvenidos", la vergüenza no.

En aquellos lugares donde se concentra mayor cantidad de refugiados se produce un abrupto mestizaje que tiene consecuencias negativas para todos los residentes (nacionales y extranjeros). Es una obviedad decir que muchos refugiados vienen de un lugar del mundo donde las costumbres,  moral, religión y usos son opuestos a los del lugar de acogida. Es más, muchos de los refugiados se encuentran con una mano delante y otra detrás, sin conocer el idioma ni reglas básicas de comportamiento. Esta inadaptación produce roces o "choques de hábitos". El más evidente tiene que ver con la forma de tratar a las mujeres. En lo que va de Casablanca a Lahore yo a mi prima no le animaría a salir sola de compras al zoco. Y no apunto al islam sino al islamismo.

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Pregunta 213: consecuencias de la batalla de Farsalia. Se aprueba con un 80% de respuestas correctas.

Pese a la fuerza estética de la explicación culturalista —profusamente utilizada por los compañeros de voto de Pablemos en el Parlamento Europeo, grupos que conocemos como "extrema derecha"— es la falta de perspectivas de futuro lo que agudiza el conflicto. Si en lugar de trabajar e instalarte en la costumbre local te pasas el día rascándote las bolas en una plaza de Lavapiés rodeado de gente de tu aldea, tu mundo mental continua en esa aldea y por lo tanto continuarás pensando que las mujeres son animales domésticos y los hombres malvados infieles-colonizadores-whatever. De escupir en el suelo de la acera ni me hagáis hablar.
Mucha gente a la que le preguntas te hablará de integración y ciertamente existen muchos mecanismos para la integración del bárbaro en la civilización. Sin embargo nadie quiere asumir el coste de la integración y no me refiero sólo al dinero. No bastan talleres gestionados por ONG u oficinas municipales de búsqueda de empleo. Destruir la barbarie en la mente del bárbaro requiere el completo desarraigo: romper la mentalidad de gueto y hacer desaparecer el concepto de minoría. De esto los progres no quieren ni oír hablar ya que piensan que "todos somos iguales" y la extrema derecha si bien no cree que todos seamos iguales, quieren exacerbar la mentalidad de gueto, agudizando así el conflicto y sus consecuencias.

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You are doing it wrong.

Lo que digo es que si en una ciudad tienes el 90% de tu inmigración concentrada en un barrio, no tienes una ciudad cosmopolita sino un lamentable gueto. ¿Qué incentivos tiene esa gente para dejar atrás la aldea bárbara mental si se dedican a reproducirla en el centro de la ciudad de acogida? La integración pasa por el reparto por el territorio (¡pero no son vacas!) y por que se hagan "útiles a la sociedad". La forma de conseguir esto es el quid de la cuestión. Sospecho que si todas las ciudades europeas fueran como Munich, el problema sería distinto. Ojo, en nuestra mentalidad también hay cambios necesarios. Cuando digo "que sean útiles para la sociedad" y se vean recompensados por su contribución no me refiero al fulano que recoge a cinco morenos morunos en su Toyota para pasar el día recogiendo fresas por dos duros y si te he visto no me acuerdo. Hay una espesa bruma de utilitarismo cubriendo esta parte del argumento y no podemos evitarla porque somos como somos y en primera plana aparece la prima de riesgo y no el más reciente lanzamiento de un cohete espacial.

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Tip: pegar este cartel en la sede más cercana de Pablemos.

Hurgando en el tema de la integración recuerdo a aquel oficial americano encargado de administrar un pueblo alemán tras la guerra. En el cine del pueblo emitían un Movietone sobre los campos de exterminio y pocos vecinos estaban interesados en ver aquello. El oficial mandó a sus hombres sacar de las casas a los vecinos y los llevó al cine a punta de fusil. No quiero que se te atragante el muffin pero esta es una forma de hacer las cosas con resultados comprobados. Me imagino que existirán otras maneras de integrar al bárbaro sin que se te rompan las uñas, espero oírlas. Lo que tengo claro es que el método actual de asimilación no está hecho para picos de abrupto mestizaje y la compartimentación que propone la extrema derecha tampoco la veo como solución a nada (tenemos una gran responsabilidad por ser el modelo de civilización que quiere imitar todo el planeta por no mencionar esa cosita que se llama invierno demográfico y la necesidad que tenemos de incorporar a nueva población).
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Como véis, al final el tema de los peticionarios de asilo se mezcla con el tema de la integración de las tribus bárbaras. Vivimos en un mundo enrevesado y complejo. Puede que no exista una única solución óptima y haya que emplear diferentes soluciones en diferentes sitios. Prejuicio, estereotipo, generalización, utilitarismo... materiales peligrosos que hay que saber administrar. Al final del día, y de esto se habla poco, lo que está claro es que el que busca asilo es porque ya no puede vivir en su país. Y esa persona no es la más pobre de su pueblo, los más pobres y quienes tienen más cargas son los que se quedan allí. Nos tenemos que preguntar por qué ya no pueden seguir viviendo allí y si es por la guerra poner fin a la guerra. ¿Cómo? Buena pregunta, ¿cómo acabar con la guerra infinita? De esto ya traté en alguna ocasión. Tengo dos formas, señorías, una es dejar la Zona de Guerra Infinita como el aparcamiento de un Mercadona a finales de mes. La otra implica entrar con todo: la movilización de millones de personas en servicio de armas y servicio civilizatorio. Ah, pero no. Sigamos conviviendo con la correosa realidad de la vida imperfecta ya nuestros hijos o nietos encontrarán una solución. O no.


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Unas tollinas


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