Revista Viajes

De San Petersburgo a Moscú

Por Zhra @AzaZtnB

No sé si todavía queda alguien que no conozca mis desventuras en el tren pero ahí van. Había comprado el billete para ir de San Petersburgo a Moscú en tren porque era barato, fácil y para empezar a probar como sería el transiberiano.

Hacia Moscu

Hacia Moscú!

En la estación todo fue más o menos bien, quitando pequeñas confusiones como creer que la vía era el número de minutos que le quedaban al tren para salir y buscar una vía inexistente en el mapa que luego sí existía en la estación. Era un tren nocturno que salía a las 23:30 así que había madrugado para dormir como un tronco nada más arrancar.

tren

En lo primero que me fijo es que cada vagón tiene una mujer en la puerta con un impecable uniforme de chaqueta y falda grises con blusa blanca y gorra roja. Parece que cada una de ellas es responsable de un vagón. Mamá, como llamaré a la mía a partir de ahora, amablemente me mira el billete y me indica mi litera.

Mamá
Mamá

Para mi sorpresa mi litera superior estaba abierta pero las inferiores estaban todavía en forma de asiento. Si habéis ido alguna vez en un tren de noche sabéis que llegada cierta hora hay un revisor que va convirtiendo los asientos en cama y si el tren es nocturno las camas ya están hechas. Aquí sólo el 50% de ellas estaban listas.

Vagon tren2
Vagon tren

Demasiado emocionada como para preocuparme mucho por eso, le hago fotos a las cajitas que hay en la mesa central del compartimento y justo cuando estoy intentando averiguar cómo subirme a mi litera, aparecen dos señores, maestro y discípulo, trajeados y con maletín. Me miran, les miro, nos miramos, ellos creen ver a un alien y yo tanteo sin suerte su inglés. Deciden ignorar al alien que tienen enfrente y se sientan mientras siguen hablando de sus negocios superimportantes. Yo me entretengo mirando fijamente las cuatro cajitas que hay en la mesa ¿Qué tendrán? Minutos más tarde entra una mujer con una mochila inmensa a su espalda. Esta vez sí ¡Ella tiene que hablar inglés! Pues no, ni tiene que hablar inglés ni lo habla. Se pone a leer un libro mientras los trajeados siguen hablando. Yo sigo mirando las cajitas e imaginando que puede haber dentro: un libro, instrucciones secretas, caramelos, un gremlin…

 

Pack tren
Cajitas misteriosas

A las 23:30 puntual se empieza a mover el tren, seguimos los cuatro sentaditos en nuestros asientos y yo me debato entre el sueño y la curiosidad por las cajitas. Ando pensando cómo vamos a dormir los cuatro, como voy a subir a mi litera sin pisarles la cabeza y cómo voy a alimentar al gremlin de la cajita, cuando la puerta se abre de golpe y mirándonos desde arriba con su uniforme perfecto aparece Mamá. Pide los billetes pero rechaza el mío con la mano y  rompe la velocidad del sonido al decir tres frases en ruso para acabar mirándome fijamente. Balbuceo algo como que no hablo ruso y del susto ni inglés. Los dos hombres responden algo, la mujer hace lo que parece una pregunta y Mamá le responde. Cruzo de nuevo las miradas con Mamá tengo que decir algo y rápido. Le pido a mi cerebro si puede tener una iluminación y aprender ruso en un minutito pero no me hace ni caso. La temperatura del vagón baja cuatro grados, el silencio ya se puede cortar y me empieza a doler la cara de mantener la sonrisa de idiota. En el preciso momento que voy a pedirle a la tierra que me trague Mamá levanta una ceja, apunta algo en el papel y, como la madre que habla a su hijo tonto, hace un gesto con la mano para que no me preocupe y se va murmurando algo que bien podría ser “breakfast” o “Estanislao se va de marcha”. ¿Ha dicho desayuno de verdad? Y el tema este de dormir ¿Cómo va? Fijo que me he perdido algo importante y… ¿Porque no ha querido mi billete?

Mientras mi cerebro sigue preguntándose qué ha pasado, el señor trajeado mayor, el maestro jedi, se levanta y desaparece. Mamá acaba de poner un repetidor de wifi en nuestra puerta y el aprendiz trajeado mira su móvil como si le fuera la vida. La señora sigue con su libro como si todo fuera bien, así que yo vuelvo a mis cavilaciones sobre el contenido de las cajitas: Una alfombra mágica, un mapa del tesoro, una nube kinton, una capa de invisibilidad, un horocrux… El maestro vuelve con una taza de porcelana en la mano y un café con una bonita crema marrón por encima O_O ¿Eso de dónde ha salido? ¿Dónde están las tazas de usar y tirar y el café aguado y malo de las máquinas de café? Y lo que mi cerebro piensa por encima de todas esas preguntas es: ¿Me estáis diciendo que hay tazas de porcelana, wifi, aire acondicionado y algo parecido a desayuno pero no me puedo ir a dormir? Se me está cayendo la cabeza de sueño cuando maestro y aprendiz se levantan y van al pasillo. La mujer también se levanta y empieza a dar vueltas en el enano compartimento, como yo no quiero ser menos me levanto y empiezo a dar vueltas. A la segunda vuelta me doy cuenta que estamos haciendo el imbécil así que me paro y le preguntó qué quiere. Ella entiende algo como: ¿asdffsddafs sdffasdfd lalalala? Así que me responde poniéndose las manos en los brazos, lo que yo interpreto como una señal de frío. Un par de vueltas más, yo buscando el botón del aire ella tocándolo todo hasta que encuentra el botón mágico y se empieza a bajar la cama. Estaba intentando bajar la cama de los asientos para ir a dormir!! Ahora no entendemos, bien! Consigue bajar la cama y yo tiro mi mochila sobre mi litera dispuesta a zambullirme ahí dentro toda la noche. Pero, un momento, hay cosas que no tienen excusa así que primero salgo a buscar el baño con mi cepillo y pasta de dientes.

Nada por la izquierda y una chica a la derecha de todo. Esquivo al maestro y su aprendiz de oficinista y voy hacía la punta del vagón donde está la chica mirando el móvil y haciendo cola en la puerta del baño. Me pongo a su lado y sigo explicando por Whatsapp lo raros que son estos rusos. Cinco minutos después nadie ha salido del baño así que miro a la chica de forma cómplice, ella me devuelve una mirada claramente enfadada con la persona del baño y se cambia de vagón. Yo me adelanto y me pongo delante de… espera! Aquí no hay señal de lavabo, intento abrirlo ¡Esto es un armario! Cambio de vagón y me encuentro a la chica del móvil tras la puerta, se la cierro en las narices y acelero hacía la otra punta del vagón. Maestro y padawan me vuelven a dejar pasar. Encuentro la señal de lavabo e intento abrir la puerta, está cerrada. Sigo con el whatsapp. Pasa un señor, me mira y cambia de vagón. Unos buenos cinco minutos después empiezo a pensar que la persona en el lavabo está muerta así que acerco mi oído a la puerta y escucho el agua correr. Dejo el whatsapp y reviso el facebook. Cinco minutos después vuelvo a poner el oído en la puerta y esta vez no escucho nada. Vuelvo a intentar abrir la puerta pero esta vez como si hubiera alguien agonizando dentro y yo lo fuera a rescatar, la puerta se abre de golpe para mostrarme un baño vacío desde hace 10 minutos esperándome. Creo que nadie se ha dado cuenta, entro sigilosamente a lavarme los dientes.

Mi día se ha acabado, vuelvo al compartimento, cojo el kit de tapones, cepillo, toallita y la cajita misteriosa. No me resisto más y la abro.

Caja misteriosa
Pack completo

Por la mañana Mamá abre la puerta y nos da una bolsa con nuestro número de compartimento llena de comida. Yo aprovecho para escabullirme al lavabo, al de verdad. Mamá me descubre merodeando por el pasillo y en un perfecto ruso me pregunta si quiero algo yo le respondo en un, ya muy elaborado, lenguaje de los signos que no gracias y me vuelvo a comer lo que me hayan dejado de desayuno.

Comida


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