Hoy visitamos la sidrería gijonesa, El Requexu. Hace ya unos años se trasladaron de Cimavilla a su actual ubicación, en Avenida de la Costa 30, a la altura de la Plaza de Europa, en el local que anteriormente ocupaba el conocido Tino `el Roxu´.
Un local bastante amplio, luminoso y con una bonita decoración, en la que disponen de una zona de barra y dos comedores bastante acogedores. Su carta, bastante amplia y completa, la podéis consultar en su web. En ella nos encontramos con clásicos platos de sidrería, pero con muchas propuestas y toques diferenciadoras e innovadoras, que seguro hacen las delicias de aquellos a los que nos gusta probar cosas diferentes.
Para abrir un poco el apetito unas verduras de temporada en tempura con un pesto de ablanas. Riquísimo, un variado de verduras, en su punto, con el acompañamiento del pesto que les iba perfecto.
Como plato principal pedí tacos de bonito, que ya que estamos finalizando la temporada, hay que aprovechar. Con este plato tuve una pequeña confusión, ya que a la hora de pedir, pedí simplemente tacos, y resulta que en su carta tienen unos tacos asturianos (tipo mexicano) y fue lo que me sirvieron. Cuando lo comenté, sin ningún tipo de problema me los retiraron, a pesar de que insistí en que no tenia inconveniente en comerlos, "no se fueran a perder". Uno al menos no se perdió, ya que amablemente, me lo ofreció para que lo probara. He de decir, que con razón es uno de los clásicos de su carta. Están realmente buenos, con carrillera y especiados, una ración de cuatro que para compartir es perfecta y te deja un gran sabor de boca. Como os decía, y a pesar de mi error, me sirvieron los tacos de bonito, muy buenos, con cebolla caramelizada y patata panadera... de diez.
De los platos del resto de comensales pude picotear algo, así que os comentó. El rollo de bonito muy rico, muy bien el picado y la salsa de tomate con un intenso sabor. Los chipirones crujientes con arroz salvaje y trigueros, deliciosos, super tiernos y el arroz buenísimo. No se como hemos llegado a comer el arroz blanco, pudiendo comer arroz integral que está buenísimo... Por último el secreto ibérico a nuestra manera, acompañado de una salsa de mostaza y miel, y también con un poco de compota de manzana, que tan bien le viene al cerdo.
Los postres merecen un punto y a parte, ya que a diferencia de otros muchos restaurantes, estos provienen de la confitería Albert en la Felguera, creaciones todas ellas del langreano chef Alberto Ojeda. La variedad es amplia, y todos ellos invitan a que los pruebes. Nosotros como eramos varias personas, optamos por pedir diferentes postres y así poder probar varios. Nombres tan sugerentes como, Milhoja de turrón crujiente, Mousse de tres chocolates, Ferrero Rocher, Mousse de chocolate con leche y frutos rojos y Mousse de arroz con leche, casi na....recomendación, no te lances cuando te lo sirvan, dales tiempo a que atemperen, y mejorará su sabor.
Para beber una botella de Alvariño Martin Codax, Agua y Sidra de Llagar Trabanco. Escancian tanto en barra como en comedores. El precio medio por adulto contando con que había niños, fue de unos 30 euros. El servicio fantástico, atento en sacar lo de los críos primero, explicándonos todos los platos y muy atento en general.
Como os decía, una sorpresa muy agradable, ya que contaba con encontrarme una siderita más, y encontramos una sidrería MÁS. Un cuatro lametones.