Para un conocedor de Gijón, nombrarle un restaurante llamado La Tabacalera, más o menos, ya ayuda a situarla en el mapa. Efectivamente nos vamos a Cimadevilla, a la plaza Periodista Arturo Arias, más conocida popularmente como el Lavaderu. La sidrería La Tabacalera se encuentra en el lado izquierdo de la plaza según subes por Recoletas y Vizconde de Campo Grande, desde la plaza del ayuntamiento, aunque tiene también entrada por la calle Vicaria 20. Esta sidrería toma su nombre de la que por más de 150 años fue corazón industrial de Cimadevilla y de todo Gijón, la malograda fabrica de Tabacos, cerrada en 2002. Situada en el antiguo Monasterio de las Recoletas, un edifico ganado para el patrimonio público en la amortización de Mendizabal y ahora reconvertido, no se sabe aun en que, donde varias generaciones de gijonesas fabricaron a mano cigarros, o los famosos farias. Una historia protagonizada por mujeres y verdadero ejemplo y orgullo para todos. Os dejo una pequeña reseña en este enlace.
Local no muy grande, propio del edifico donde se sitúa, con alguna mesa en la planta baja, dispone de un espacio mayor en la planta superior, aunque sin duda, es su terraza lo más valorado, si el tiempo nos acompaña, ya que dispone de mesas junto a la fachada y en la propia plaza.
Carta amplia y variada, con tapeo clásico de sidrería, con calamares, bonito, parrocha, navajas, cachopo, sartenes, embutidos o quesos varios, entre otras cosas.
En nuestra visita tuve la ocasión de probar varias cosas. Empezamos con el pastel de cabracho, flojito, nada destacable. Continuamos con las zamburiñas, algo pequeñas, les faltaba un poco más de alegría en el aliño para mi gusto. Seguimos con unas croquetas correctas, y con unos calamares bastante buenos.. Terminamos con unos bocartinos, que estamos en temporada y hay que aprovechar. De postre arroz con leche, tarta tres chocolates y tarta de queso, todos caseros y ricos. Para beber un par de refrescos y tres botellas de sidra DOP de Buznego, Zapica, escanciado con "pitorro".
El precio por adulto contando con que había dos niños fue de 23 €. Buena atención y un espacio precioso para recordar un poco de la historia de la villa.