No, no se me ha ido la cabeza. Esta es la segunda entrega de "Tetas, culos..." si tomamos como la primera y original ESTAENTRADA de Paula (Yonosoysuperwoman), con la que, por cierto, he empezado el día partiéndome de risa y viéndome muy reflejada, pero en versión mini. Ha sido como leer a Gulliver viviendo en Lilliput.
Para empezar, ésta soy yo:
Y no, no lo soy ni por el brilli-brilli (cualquier día, todo es posible) ni por lo megacuquiflori que es, ¡sino por su maravillosa (no/falta de) estatura!Mido exactamente 1,60 m, aunque como ya estoy en edad "menguante" quizás haya perdido algún medio centímetro por el camino. Y, efectivamente, siempre quise ser más alta. Bueno, este pensamiento apareció en plena adolescencia, claro, que es cuando todo tu ser está centrado en anhelar lo que no eres y odiar lo que te tocó en el reparto. Yo, mediometro, miraba a mis congéneres y a su vez en la enciclopedia (internet apenas estaba empezando a rodar) y recogía datos sobre la edad hasta la que una chica puede crecer, y nunca perdí la esperanza. Sobre los 18, año arriba, año abajo, se cumplió mi sueño: ¡¡crecí 10 cm de golpe!! Empecé a usar TACONES!!!Aunque la madurez, y en mi caso sobre todo la maternidad, me han convertido en una persona (casi siempre) segura de mí misma, y en eso entra el físico, evidentemente, esto no fue así en los años de juventud. Siempre me vi bajita, y aunque si lo analizo fríamente lo raro era encontrarte a chicas mucho más altas, en mi curso había unas cuantas (Paula, de las tuyas), otras en la media aunque algo más altas que yo, y luego estábamos las mortales: las chapas (que no mascachapas, ojo). Además, como no era bastante desgracia para tu adolescencia verte enana, encima toooodas eran más rubias o más morenas, con menos culo o más tetas, y tenían el pelo más largo y más "vidal sasoon" (era el "pantene" de mi juventud, amores) que tú. Todas tenían la nariz más chata, la cara más redonda y los labios más
Angelina Jolie que la propia Angelina. Vamos, que mirarse al espejo en cualquier recreo era toda una oda al "pero tú eres más maja que las pesetas".Mi hermana Marta, que me quiere demasiado y a la que la objetividad no le tocó en grandes proporciones en el reparto, siempre decía que "me cambiaba el culo" porque (para ella) lo tenía perfecto; y yo mientras soñaba con que un día, no muy lejano, sus tetas se cambiaran por las mías, que apenas existían. Nada, a día de hoy seguimos cada una con lo suyo. Milagros ni en Lourdes (porque estuve hace años y lo pedí).Así que según íbamos, yo era una chica bajita, de Castellón de la Plana y con el culo respingón. Y cuando tocó pasar a la sierra para dejar el paisaje de llanura, tampoco me sentí mucho más cómoda. ¿No me digáis que en los principios las tetas no asustan un poco? ¡Son feas de narices! Como un par de granos por error. Yo en general siempre he sido de constitución delgada, pero además, tengo la ¿suerte? de que también tengo complexión atlética que llaman. O sea, que en la adolescencia se me juntaron los kilos típicos de más situados siempre en los lugares más puñeteros (culo y muslamen) y que, no había corrido ni un km, y tenía los gemelos y las pantorrillas que ya las quisiera para sí Cristiano
Ronaldo. Con lo que pasé de ser un fideo a tener sólo la cara de fideo, y el resto sabrosón. Yo me veía a mí misma pues como un vaso de chupito, y vivía rodeada de vasos de cubata, largos y estilizados, y siempre mucho más chic, of course. Y además, siempre aparecía la típica persona allegada a la familia que te recordaba que "estabas de buen ver" (mientras tú, educada en la discreción, te cagabas en sus muertos y le hacías vudú mental en sus arrugas).Eso sí, tuve la suerte de que mi adolescencia fuera
la Edad de Oro del "suéter en el culo", o lo que viene siendo "llevar el jersey/chaquetita atada a la cadera", para desesperación de padres y estilistas y alegría de todas las bajitas de culo sobresaliente como yo. ¡Que lo llevábamos hasta para dormir!Aunque por otra parte, una de las bromas de esa época fue el calzado que se estilaba: los zapatones, mezcla de mocasín, zapato de payaso y bota Dr. Martens, y que todo
dios llevaba, aunque hiciera flaco favor a la fisonomía de algunas. Si a esto añadimos las hombreras, los pantalones vaqueros de tiro alto y camal ancho, las bermudas en verano y las faldas-pantalón (invento del diablo), podríamos decir que... ¡Dios! ¡Tenía que dar pena, porque los gnomos jamás han vestido así! (Y ahora entiendo por qué y porque lo del caperuzo rojo puntiagudo). Para que os hagáis una idea aproximada del asunto a tratar, he hecho un pequeño montaje:
Así que mientras toda la panda de maris de Sensación de Vivir (incluída Dona, que era fea de narices), o de
Salvados por la Campana, lucían estupendas cualquier garrumodelo que se pusieran, y parecían megachahis, guapas, altas y de pasarela, yo seguía siendo mediometro, culona unas veces, excesivamente delgada otras (hasta los güevs tooooda la vida del comentario "te has quedado muy delgadita, no?" días después de haber estado mala, por ejemplo)... ¡La cuestión era no acertar, releñe! Y eso sí, siempre que algún miembro de la familia te decía lo estupenda que estabas "así", ¡MIEDITOOOO!El caso es que bajita o no, con culo o sin él, con cara fina o extrafina (o sea, de compresa),con las tetas más o menos grandes/pequeñas, ¡ME GUSTO AL FIN! Porque si algo me ha regalado la madurez, y quizás ha culminado la MATERNIDAD, es amor por mi cuerpo, tal cual, sin querer verlo diferente. Porque este cuerp(ecit)o SOY YO. Y llevamos tantas batallitas vividas ya juntitos que... ¡mooooola!¡Ojo, eso no quita para que me plante taconAZo cuando quede con mi amiga Tachenko! ¡O un push up para lucir escotazo juvenil! ¡O que algunos días me levante, me mire al espejo y le diga al troll que veo en él: trollecito, refeíto, ¿puedes apartarte que no me veo?Truco: ninguno en concreto y todos a la vez, y pensar "si
Scarlett Johanson o
Salma Hayek lucen redondas y chaparras, YO MÁS".
CON M DE MAMÁ y C de Culo y CM, y T de Tetas