No voy a andarme con rodeos, el coleccionismo tanto retro como actual gusta, y mucho. Lejos de las chorradas de hablar de qué es lo "políticamente correcto" dentro de este segmento del mundillo, de la "policia del retro", los "lameprecintos" y demás soplapolleces, hay que mirar la realidad como es, un hobbie que a lo largo del tiempo se ha vuelto algo demasiado elitista como para estar contento.
Los años pasan, los kilos pesan, y los precios se inflan, esto último debido a la falta de escrúpulos por el afán del enriquecimiento fácil de los que no aman nuestra afición.
Lo que trato de explicar es que yo soy coleccionista de videojuegos, en todas sus vertientes, llámenme poser si gusta, pero como todos los de mi especie, hemos sufrido los palos que nos han venido a diestro y siniestro.
Recuerdo las épocas en las que sólo quería comprar para jugar; precios populares eran; y una cosa llevó a la otra sin darse uno apenas cuenta. Y es esto último lo que preocupa ahora, pero sólo a la parte afectada, y no sólo por la imposibilidad de adquirir ese determinado juego que no pudiste jugar de joven, también el haber descubierto una mina de otro en esos otros sistemas que nunca tuviste y por cosas de la vida, ahora eres un usuario contento.
Existen casos descaradamente llamativos como el todopoderoso y deseado Eliminate Down ( Soft Vision, 1993 ). Un juego que no salió de Japón y que cuando se dio a conocer, ya rozaba el esperpento en cuanto a precio se refería, y no era mal juego, ni mucho menos, pero eso no justificaba la locura insana de su valor de mercado.
El máximo grial en Mega Drive.
Una joya, tanto por valor como por apartado técnico.
Sangrante es el caso de otro título, esta vez para Sega Saturn, esa malograda consola que no tuvo buenos juegos ni valía como calza mesas ( sonyers dixit ). El impresionante Shinrei Jusatsushi Taromaru ( Time Warner Interactive, 1997 ), caso idéntico al anterior, sólo que esta vez la calidad del producto rozaba lo maravilloso. Tal vez el haber sido uno de los últimos juegos lanzados para el sistema, y el último de la desarrolladora, lo han elevado a la categoría de leyenda.
Si ves esta cover, seguro que verás 4 cifras al lado.
Todo el juego es un espectáculo de tecnicismos.
Voy a hacer un inciso en este breve repaso por esta pequeña selección de "GRIALES" para dar mi opinión sobre el síndrome de diógenes que sufre el coleccionista, y el motivo por el que personalmente no veo nada malo en ello. Lo típico hoy día, totalmente comprensible, es que se usen emuladores o everdrives para jugar a los catálogos de los diferentes sistemas, por comodidad, ventaja y sobre todo, una alternativa a perder órganos vitales ( cosa que encima fomenta que los especuladores sigan campando y haciendo su agosto ), eso no lo voy a negar, pero el coleccionista de toda la vida necesita entrar en su cueva y notar ese olor a cartón ( sagrado, por supuesto ), plástico y máquinas sulfatadas por años de desuso. Es mi caso, no podría vivir si esos mosaicos tan coloridos que cubren las paredes del rincón, el poder meter un cartucho original en su sistema y sentir que he vuelto a la niñez/adolescencia cuando todo era mucho más sencillo y bonito.
Dicho ésto, no pretendo justificar a esa jauría de desalmados, sino transmitir las sensaciones de una forma de vida dentro del mundillo que unos entenderán y otros, respetáblemente no.
Siguiendo con los deseables y ya fuera de SEGA, uno de los máximos exponentes de especulación en Nec Pc Engine/Duo, el preciosista SYLPHIA ( Tonkin House, 1993 ), shmup de scroll vertical, muy al estilo de los Gunbird, con estética fantástico-medieval, de calidad innegable y portada maravillosa.
Tan precioso como inaccesible.
Sin ser la panacea, calidad no le falta.
Y llegando al final, volviendo a sistemas SEGA, el aclamado Twinkle Tale ( ZAP Corp. 1992 ), una prueba más como las anteriores, de que al menos si te vas a arruinar será por algo de calidad, y desde luego aquí le sobra. El "falso shmup" publicado por Wonder Amusement Studio guarda muchas semejanzas con otro titán del género como es Elemental Master, aunque con una jugabilidad distinta y sin llegar a las soberbias melodias del juego de Technosoft. Destacar que existe una traducción echa por fans que hace que jugarlo en emu o everdrive sea una experiencia mejorada.No lo negaré, lo quiero.
Una pequeña obra de arte.
Aunque parezca que este post tenía la finalidad de corroborar lo que ya se conoce, la causa principal del mismo era dejar claro que la gente como yo, la gente que necesitamos tener los juegos en las estanterías ( para darle el uso que cada uno quiera ), sufrimos doblemente por los motivos explicados, la necesidad y la imposibilidad, siempre hablando en términos de coleccionar, ya que vías alternativas para el disfrute de éstos no van a faltar nunca, y éso, éso es muy bueno.
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