Revista Salud y Bienestar

De tierras lejanas…

Por Maruquita

De tierras lejanas…De tierras lejanas llegaron, pues una revelación divina les indicó el gran acontecimiento.  Una estrella les guió en el camino y llegaron a adorarle.  Llevaron obsequios dignos de un rey, pues iban en busca del Rey de Reyes.  Oro, Incienso y Mirra.

Siguiendo esa historia durante toda mi niñez, confiando en que durante la noche del 5 de enero los Tres Reyes regresarían con regalos, más humildes, pero regalos para mi y mis hermanos.  Así fue como me enseñaron.

Todas las tardes del 5 de enero salía a recoger yerba del patio y colocarla en una cajita para los camellos de los Reyes.  Esa cajita se colocaba al lado de la cama, a cambio los Reyes dejarían regalos.  Esa era una aventura, una ilusión que llegó y se quedó siempre en mi.  Aquí en Puerto Rico, distinto a otros paises la creencia en los Reyes fue una tradición muy arraigada por muchos años, quizás ahora no lo es tan generalizada, pero todavía hay quienes le transmiten esa tradición a sus hijos.

Las ilusiones, esa creencias y esa fe en algo que no vemos, que no podemos constatar en ocasiones nos ayuda a crecer sanos.  A ver con ojos nuevos nuestro alrededor.  Creer que de tierras lejanas llegaron a visitar al niño del pesebre y creer que año tras año llegan en sus camellos a visitarte a ti.  Que con solo dejar yerba para que sus camellos se alimenten y con haberte portado bien durante todo el año tu eres merecedor de un premio, de un regalo eso es inocencia, eso es ilusión.

Pero creo que es una ilusión saludable, una ilusión que con los años, con el tiempo, con el ajoro cotidiano se pierde.  Creerte, ahora, que no mereces nada o que para merecerlo tienes que ir sobre otros es haber perdido toda ilusión.  Es dejar el corazón sin alitas.

Mother siempre nos enseñó que los Reyes vienen si te comes toda la comida, si respetas a mami y a papi, si cuidas a tus hermanos y si tienes buenas notas en la escuela.  Si ordenas tu dormitorio y ayudas en las tareas de la casa los Reyes leen tu cartita.  Una cartita en la que le dices lo bien que te portaste y las cosas que te gustaría que te obsequiaran, claro que no todo lo que anotas llega.  Y me pregunto la razón por la cual dejé de escribir la cartita si los Reyes existen.  Y me pregunto las razones por las cuales ser respetuoso, responsable, ordenado, cuidadoso y amoroso pasaron de ser una prioridad a ser algo que se dá por “default”.

Mother, Mami y Papi me enseñaron que de tierras lejanas, siguiendo una estrella llegaron tres hombres ha rendirle honores al Rey del universo y que luego año tras año ellos hacen un largo viaje a visitar a los niños de todo el mundo para obsequiarle.  Ahora, quiero que esos tres reyes o reinas me regalen o mejor, me devuelvan regalos que son importantes en días en donde se pierde la inocencia.  Quiero devuelta la ilusión, el respeto, el cariño, la tradición y la esperanza de que cuando hago mi trabajo, cuando me ubico en los zapatos de otro y soy compasivo, cuando me porto bien, sin importar la edad que tenga recibo a cambio una sonrisa, un gracias, una mirada, una caricia.

De tierras lejanas quiero que lleguen y derramen sobre mi mundo remedios para el alma, para el espiritu.  Remedios que me sanen y que sanen a los demás.  De tierras lejanas quiero que traigan un saco grande lleno de ilusiones y de inocencia para que volvamos a creer y volvamos a asombrarnos con las pequeñas cosas que la vida nos da.

De tierras lejanas…

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