Revista Economía
Continúa el desvergonzado bombardeo de mentiras mediático-político-policiales en torno a los crímenes de Toulouse. Hagamos un breve repaso:
1. Los medios de todo el mundo anuncian que tres paracaidistas de un acuartelamiento de la ciudad francesa de Toulouse han sido asesinados a tiros. Los tres eran de origen magrebí.
2. Según los medios, la policía francesa comienza a buscar a un paracaidista neonazi expulsado de esa unidad en 2007. Poco después se informa que son tres los ex militares neonazis buscados; dos son rápidamente localizados y exculpados, y un tercero, al que se responsabiliza de los crímenes, no aparece.
3. Unos días después, tres niños y un rabino de una escuela judía de la misma ciudad languedociana son asesinados a tiros supuestamente por el mismo sicario, un tipo que en todas sus apariciones viaja a bordo de una motocicleta de gran cilindrada perfectamente identificable, con la cual sin embargo se mueve por Toulouse durante días sin ser interceptado por los cientos de policías desplegados.
4. De repente y sin solución de continuidad, los medios comienzan a señalar como autor de las matanzas a un pequeño delincuente de los suburbios tolosanos, un tal Mohamed Merah, francés de origen argelino, al que hacen responsable de los crímenes. Merah es abatido a tiros por la policía en su casa, después de una batalla que dura 30 horas.
5. Inmediatamente después de haber sido muerto, se nos informa de que Merah es un peligroso yihhadista, que tras haber estado en la cárcel viajó repetidas veces a Irak y Afganistán, y que además figura en la lista negra del FBI norteamericano, teniendo prohibida la entrada en EEUU. Al parecer, los servicios secretos franceses conocían perfectamente sus idas y venidas a Oriente Próximo y, atención, nada menos que a Israel, donde había entrado como turista según informa hoy el diario El País, que identifica a Merah como confidente de los servicios secretos franceses. Por lo demás, Merah había gastado en armamento de toda clase más de 20.000 euros, dicen los medios, y ello en un país donde no es fácil hacerse con un arma de fuego.
6. Quienes le conocen del barrio y quieren hablar con la prensa, explican sin embargo que Mohamed Merah lejos de ser un "puro", en realidad no era más que un gamberro de suburbio, un tipo que se pasaba la vida en las discotecas, bebía alcohol, fumaba porros, se acostaba con todas las chicas que podía y el año pasado lucía en su pelo una cresta punk teñida. No es esta precisamente la imagen de un yiaddista que se prepara para el supremo sacrificio.
7. Mohamed Merah, nos dice ahora la policía francesa, estaba entrenado para actuar como un "lobo solitario", ya que al parecer Al Qaeda ha cambiado de táctica y prefiere los ataques individualizados, por ser más impredecibles y fáciles de llevarse a cabo (y seguramente, porque provocan mayor terror e indefensión en la población y la hacen más sumisa ante las medidas de control policial).
8. Es obvio finalmente, que la presunta razzia enloquecida de Merah ha relanzado las opciones electorales de un Sarkozy que aparecía políticamente acabado en el inicio de la campaña, y sobre todo ha dado legitimidad al discurso xenófobo y de "mano dura" contra los musulmanes en particular y en general, contra los extraños que cohabitan en el Paraíso europeo con unos nativos cada vez más crédulos y temerosos.
A mi juicio estamos una vez más ante un flagrante montaje, probablemente atribuible a los servicios secretos franceses y a sectores de la gendarmería empeñados en allanar el camino de retorno al más ominoso Vichy de los años cuarenta. Para quien piense que exagero, les narraré a continuación un suceso que avala de modo espectacular esta tesis.
Hace unas semanas, TV3, la televisión pública de Catalunya, emitió un documental sobre el papel jugado por directivos y trabajadores de la SNCF, los ferrocarriles franceses, en los famosos trenes en los que se deportó a miles de judíos y resistentes franceses a los campos de exterminio durante los años cuarenta. En un momento del documental, un historiador francés especializado en este asunto narraba cómo hace unos años un coronel de la Gendarmería citó para una entrevista a su padre, antiguo ferroviario que había vivido las deportaciones en tren de judíos desde territorio de Vichy a la Alemania y Austria nazis. El jubilado acudió a la entrevista, y cuando requirió a su interlocutor el por qué había sido convocado éste le replicó que la Gendarmería había constituido un grupo especializado que quería conocer la opinión y la experiencia de alguien que vivió aquellos sucesos, porque era posible que en breve hubiera que volver a actuar de aquella manera si se daba un posible triunfo de Jean Marie Le Pen en las elecciones presidenciales que estaban a punto de celebrarse (que finalmente ganó Jacques Chirac).
¿Entienden ahora por qué creo que todo el asunto Merah es un montaje policial vinculado a la extrema derecha francesa?.
En la imagen que ilustra el post, judíos franceses toman en la estación de Drancy el tren que les llevaba a la deportación, mientras eran vigilados por gendarmes franceses.