Revista Talentos

De un Pastora a la realidad del miedo escénico

Por Aracelimasarte @AraceliMasArte
De un Pastora a la realidad del miedo escénico Sucede en mi vida la cualidad de interconectividad de los asuntos o temas con los que se enganchan mis núcleos pendientes de resolución.

Que fácil es hacer comentarios "aliento" "direccionadores de la verdad" a quienes sufren de miedos escénicos, de miedos al cambio o de miedos a asumir responsabilidades en espacios donde la arrogancia prima y tú estimas debe haber cambio y cuan difícil resulta ofrecer una solución satisfactoria al tema que ocupa o preocupa.

Del miedo escénico a la realidad del quien habla de tormentosos momentos "Tu vida es bella" "Mira lo bueno" "Observa lo verde" Cómete la ciruela ecológica y en dos segundos ahí lo tienes" "Vuelve, vuelve, vuelve a escena" dicen psicólogos y ayudadores que por huir del cuento dan frases hilvanadas con el motivo final y se olvidan del paso a paso que hay que dar o porque nunca lo vivieron o porque nunca se permitieron saltar hasta las profundidades del propio o ajeno sufrimiento.

¿Cuanto de prisas hay por llegar al punto donde todo regresa a los mundos de lo que debería ser o los países del pin y pon de cada cuento? ¿Cuanto de no embarcarse en el tema de la ayuda real? "Vuelve, vuelve, vuelve a casa por ... la vereda del que no cuenta o inventa.

Responsabilidad va y responsabilidad viene "Corre, corre y determina que nunca será como imaginas" responsabilidad que no se tiene, responsabilidad que te ancla a la esquina de tus miedos, ahora llega y ahora se esfuerza en no ser para terminar siendo pero con otras formas, sonrisa en mano y detrás un invento.

Ay Pastora, ay del lamento de quien sabiendo no quiere ir al encuentro aunque la técnica venga atada a cada uno de todos los enrrarecidos pensamientos desembarcados después de elegir y entrenar entre miles de a, e, i, o y hasta z con las que hay que andar. Técnica arriba, técnica abajo y por el lado llegó Valdano que atiende y que entiende, solo una mijita más recomponiendo el cuadro completo que te aisla en tu tarea diaria hasta posicionarla justo en el centro de millones de miradas que esperan, no se sabe bien el qué, no se sabe muy bien el como, no se sabe bien el porqué, no se sabe nada del para qué pero que todas parecen saber más que el perfeccionista y profesional que te anda por dentro.


Embarcad@ te veas como desencuadrado del contexto y millones de voces reclamarán tu vuelta, sea en medio del miedo escénico, sea que tu realidad no logre ser explicada con la felicidad que se le supone debería tener en medio del cuento y verás realmente, cuanto cuentero anda suelto. Cuenteros sin tiempo para crear formulaciones o dispuestos a arremangarse para lanzarse a levantar hipótesis hasta dar con la técnica que arrasa y deja sin voz a esos millones que rugen, esperando tu gol por la escuadra sentados cómodamente desde sus sillones.

Expertos antes del miedo, expertisimos después de que aparece el miedo en aquel que consideran títere dispuesto a satisfacer sus deseos y tú, en medio, sabiendo, conteniendo, experimentando las estúpidas formas que te reclaman para lanzar, aúnque solo sea una a o un gesto por encima de las cabezas atontadas que esperan que caiga en la misma portería de siempre, siguiendo el mismo movimiento acostumbrado.

De ahí les viene y de ahí vienes tú, con miles rugiendo un deseo y tu propio deseo de volar hasta donde ellos ya no puedan seguirte y asombrados caigan en la cuenta de que hay infinitas formas detrás de las deseadas hasta que te rompes por dentro porque no puedes dejar de pensar ¿A quien le importa tamaño esfuerzo? porque un día dices ¿Yo de títere, acompañada de mis titeriteros y ellos anclados en el sofá de lo políticamente correcto, pensando que de títere he caído a bufón y de bufón, me necesitas para conservar tus ridículas creencias?

Que si, que si que un día todas esas miradas aterrorizadas pero disfrazadas de jueces te rompen por dentro y allí levantan al único monstruo real que destroza tu vida, tú, tu propio juez, ese al que obligas para poder ser el centro de todas las miradas, subyugando una por una todas las objeciones y miedos que emiten, controlandolo todo, dominándo el entorno hasta que ese entorno se queda por dentro alimentando al monstruo, tú monstruo y ¿ahora vienen todos los que están afuera a decirte y gritarte, mientras corres escalera abajo, qué? "Determina, determina ...." 

Ay, loca, loquita que poco tiempo tienes para pararte a ser conmigo. ¿Quien te dijo a ti que yo quiero volver a tu pequeño mundo de pin y pon? Si fueras mi amiga te diría, canta, canta, canta... que no te pille la responsabilidad real, si no estás cantando. 

Y a tí, Sabina, ¿Miedo escénico tú? ;-) para caer hay que estar bien alto y para estar bien alto hay que desear más allá de lo que sea solo interés. Llámale cansancio. No me extraña que estes cansado porque para un soñador, estos tiempos tan enrarecidos donde la tendencia es volver hacia pasados remotos y feos son agotadores por cuantas miradas hay juzgadoras, que por cobardes pretenden seguir sentadas, cómodamente, en sofás calentitos aunque anden estos ajados y desvencijados. 

(Valdano que no te enlazo porque no se cuanto tienes tu de compartidor y escardada ando de potenciar a amigos y colegas que luego llegan requiriendo a través de youtube no se que cosas de propiedades, eso si, aviso a mi querid@ lector, busca, busca en red. ¡¡¡Ay, ay, ay de AEDES y CEDROS y demás cuentos viejos!!!)

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