Maceta en La maison de la phothographie. Medina en Marrakech
Unos pocos días caminando por la ciudad roja te transportan a otro mundo, a otra dimensión. Esta ciudad africana de nombre "tierra de dios" en árabe y en castellano antiguo Marruecos, patrimonio de la humanidad, está a pocas horas de vuelo desde Madrid o Euskadi, pero a muchas horas de nuestro devenir cotidiano. A veces difícil de entender, otras veces fascinante, te obliga a no pasar indiferente, a hacerte preguntas por sus contrastes, a comprender lo incomprensible. Momentos de perderte en la Medina, de perderte en los zocos, de no dar a basto con la mirada a tanto objeto, tanto color, tanta gente variada. Desde encantadores de serpientes, aguadores o cuenta cuentos, a niños sonriendo y jugando al fútbol en cualquier callejón de la medina. Sin aceras, intentando no ser atropellada por cualquier medio de locomoción usado por el humano, sea a pie, asno, moto, bici o coche. Sólo en algunos momentos de relax y de parón pude dibujar algo.
Callejón sin salida de la medina. Marrakech
Vista de Marrakech desde una terraza, al fondo los Atlas
Norte de la Medina de Marrakech
Maceta en el Jardin Majorelle de la Fundación Yves Saint Laurent
Rincón en Jardin Majorelle
Terraza exterior del Grand Café de la Poste. Barrio Gueliz. Marrakech