Revista Opinión

De vuelta a la Tierra en diferido

Publicado el 26 febrero 2013 por Carmentxu

Me he quedado unos días en Kepler 37b disfrutando del silencio y de la práctica ausencia de color que perturbara la paz, flotando en su atmósfera sin aire, en algo parecido a lo que debe ser el retiro físico y espiritual que tengo pendiente para algún día lejano, intentando poner un aire que no existía, aunque allí no haya atmósfera. No hay cosa mejor que la nada para que no lleguen los mensajes. La nada no es un medio por el que puedan discurrir declaraciones, gritos o susurros, dudas en alto como las armas, como las manos en un atraco. Mª Dolores de Cospedal hablaba ayer, a través de esa nada, de la indemnización en diferido en forma de simulación con la que fue premiado Luis Bárcenas: su mensaje resultaba ininteligible y no llegaba a ningún sitio mientras chocaba una y otra vez contra el muro infranqueable del despiste hasta que la atención de la audiencia, rebotada, fuera enviada a otra galaxia.

De vuelta a la Tierra, con este frío que es noticia día tras día en pleno invierno (algo inaudito por lo que se ve) y que demuestra el carácter cíclico de la historia y también de las historias, los mensajes corren a la velocidad de la luz a través de la atmósfera gélida. Y el inmenso lío de los resultados electorales de Italia envía un mensaje tóxico, de asfixia, de aburrimiento de la política y de los políticos, de rebeldía y también dardo envenenado a nuestra prima de riesgo, siempre tan sensible al clima, sea cual sea, a cualquier agente externo o interno, quebradiza, inestable, miedosa. Pero también insensible. Y la nave en la que volví se desintegró al entrar en contacto con esta atmósfera tan diversa y ahora no puedo volver al apacible Kepler 37b. Pero ya no importa: aquí la vida es en directo, mucho más entretenida, inexplicable, turbadora, aunque siempre me queda la duda de si será simulada o, por el contrario, cotizará a la Seguridad Social.


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