Revista Asia

De vuelta por Vietnam, Persiguiendo mi futuro

Por Amoreno
Escribo estas líneas a medio camino entre Japón y Vietnam. El caso es que no tuve tiempo de dejar el post preparado pero tiene gracia, ya que es ahí precisamente donde tengo puesta la cabeza estos últimos meses.
Está siendo este un verano ajetreado, con vuelos aquí y allá. Recién acabo de regresar de pasar unos días por España con la familia. Ahora, como cada año, encuentro el momento de cumplir con mi cita de volver a Saigón, la ciudad que antaño me acogió. Desde que abandonara Vietnam, año tras año, mis visitas han servido más que nada para revivir los recuerdos más felices, las pequeñas cosas que por aquel entonces formaban parte de mi día a día. Recorrer las animadas calles del distrito 1, ver el trasiego de motos que vienen y van, probar ese cà phê sữa đá fresquito que ponen en la terraza del centro, pedir una deliciosa ración de rolitos chả giò en el Ngon, y quedar con algún viejo amigo que todavía queda por allí para contar batallitas.
Esta vez, sin embargo, el motivo del viaje es bien distinto.
No se trata de una visita cualquiera. Pongo en marcha un plan que llevo pensando durante mucho tiempo, intentar poner punto y final a un sentimiento que nunca ha dejado de acompañarme estos últimos años: volver a Vietnam.
De vuelta por Vietnam, Persiguiendo mi futuro
Por seguro que a los lectores de este blog no se les escapa que Vietnam siempre ha ocupado un lugar especial en mi corazón. Que al contar aquí con más o menos gloria mis aventuras por los rincones de Asia, siempre que hablo de Vietnam las palabras van cargadas con más emoción que de costumbre.
Fue mi primer encuentro con Asia. Y ya saben lo que dicen de la primera vez, que nunca se olvida.
Echemos cuentas. Me queda todavía medio año en Japón antes de terminar de estudiar el master en abril. Después, se acabó la beca y toca ponerse a trabajar. Como ya dejé caer anteriormente, intención de volver a España no tengo, así que debería empezar a buscar mi siguiente destino.
Ya comenté que podría quedarme a trabajar en Japón. Habiendo estudiando en la universidad parece el camino más directo, pero no es tan fácil. En primer lugar tendría que mejorar mucho mi nivel de japonés y además la competencia en el mercado laboral aquí es feroz, no sólo con los propios japoneses sino también con los occidentales, que llegan muy preparados. Es por ello que me gustaría explorar otras posibilidades e intentarlo en Vietnam. Se trata de un país menos desarrollado pero con una economía en crecimiento que ofrece bastantes oportunidades, a priori con poca competencia local y extranjera.
Así pues, durante todo el mes de agosto estaré viviendo en Ho Chi Minh City, la antigua Saigón. Principalmente hay dos motivos que me han llevado a tomar la decisión de viajar allí ahora y no cuando termine la beca.
Por un lado, a falta de medio año para poder empezar a trabajar aún es pronto para ponerme a buscar ofertas, pero el simple hecho de ir hasta allí me permitirá tantear el mercado laboral. Lo de conseguir trabajo en Vietnam por internet todavía no lo tienen muy avanzado; todos los amigos a los que he preguntado coinciden en que consigo mucho más yendo en persona y moviendo contactos que en la distancia. A final de mes puede que haya logrado hacer dos, una o ninguna entrevista de trabajo, pero pienso que por entonces habré reunido ya un buen número de contactos y que estaré en condiciones de evaluar mejor si puedo trabajar de lo que me gusta en Vietnam o no. Esto es importante, ya que estoy dispuesto a regresar a Vietnam para trabajar, pero no de lo que sea.
Por otro lado, comprobar si realmente estoy tan enamorado de Vietnam como parece o vivo únicamente con la nostalgia de lo que un día tuve y nunca más podré volver a tener porque las cirscunstancias han cambiado. Necesito pasar allí una temporada, acostumbrarme de nuevo al ritmo de vida de Saigón y comprobar si realmente me encuentro más comodo que en Japón. En mi memoria abundan más los recuerdos buenos que malos, pero intuyo que el paso del tiempo ha podido terminar creando una visión distorsionada de mi paso por Vietnam hace unos años. Necesito por tanto ajustarme a la realidad y descubrir si de nuevo soy capaz de adaptarme y sentirme a gusto fuera del primer mundo.
Una vez haya pasado un mes en Vietnam, estaré en disposicion de decidir lo que me interesa hacer el año que viene cuando termine mis estudios en Japón.
Si la busqueda de trabajo no sale como yo esperaba o al cabo de un mes veo que no me encuentro a gusto viviendo en Vietnam, no pasa nada. Aún estoy a tiempo de regresar a Japón y ponerme a estudiar japonés hasta conseguir un nivel aceptable que me permita buscar trabajo de aquí a seis meses. Aunque sea este el caso, pienso que no habré perdido el tiempo viajando a Vietnam, ya que durante el mes de agosto estoy de vacaciones y al menos habré hecho algo de turismo.
Lo que no quiero que ocurra es que abandone Japón sin estar seguro de que no vaya a arrepentirme de esa decisión. Quiero evitar a toda costa terminar llevandome un batacazo, como me ocurrió en Hong Kong. Aprendí la lección y esta vez no pienso hacer las cosas a lo loco.
Si la cosa va bien espero allanar un poco el camino y quizás vuelva a Vietnam dentro de unos meses para concretar ofertas profesionales y trasladarme allí una vez haya terminado el período de beca.
Llevo meses planeando todo esto en mi cabeza. Igual sobre el papel es más fácil de describir, cuando no hay sentimientos de por medio, pero aún así ha llegado el momento de ponerlo en práctica.
Así que pase lo que pase, esta no es una visita cualquiera.

Volver a la Portada de Logo Paperblog