“Dead Shadows(2012)”de David Cholewa ha sido
una de las pocas muestras de fantástico francés que nos han llegado este año y
diría que la única que puede incluirse dentro de la nueva ola de gore que viene
asolando los cines desde hace casi una década. A pesar de estar lastrada por su
exiguo presupuesto en muchos momentos los fans del terror del país vecino,
pueden darse por satisfechos ya que “Dead
Shadows” cumple las expectativas depositadas en este tipo de producciones. La
premisa es sencilla, un meteorito cae en Paris, dentro de este unas criaturas
que ya habían visitado conanterioridad
nuestro planeta, provocan una regresión en los habitantes de la ciudad. Ante
todo hay que destacar que la película es una carta de amor a John Carpenter,
podremos encontrar en esta película homenajes a toda su obra, desde el clímax
de “Están vivos (1988)”, a la máscara
de Michael Myers, pasando por “En la boca
del miedo (1993)”, “Golpe en la pequeña China (1986)”, la
saga de Plisken, “El príncipe de la
tinieblas (1987)”o “La cosa (1982)”. Su guión también bebe
de los relatos de H.P. Lovecraft“En la noche de los tiempos” y “El color que cayó del cielo”. Dadas
estas referencias no será fácil adivinar que nos encontramos ante una película
de corte apocalíptico. El director y el guionista (Vincent Julé) presentan a los personajes mediante su día a día y no
pierden demasiado tiempo, es muy posible que en esta parte de la película, la
falta de presupuesto juegue a su favor ya que hace que vayan al grano sin
demasiadas dilaciones. Cuando por fin empieza la invasión y las
correspondientes posesiones, ya nos hemos familiarizado con los personajes y la
película se dirige hacia un clímax tenebroso y sombrío. La película es generosa
en gore, los efectos de maquillaje son excelentes y los digitales van desde lo
muy bueno hasta lo pasable, de nuevo el presupuesto, presupongo. Lo mismo pasa
con la fotografía en interiores podremos ver un trabajo más que notable,
mientras que los exteriores van desde lo bueno hasta lo limitado. Por otro lado
los actores están más que bien, el protagonista Wolfrom Fabian y su partenaire Blandine
Marmigère dan el pego como el héroe desvalido y su interés romántico,
especialmente ella; hay que reconocer que el Wolfrom está mucho mejor en su
registro triste y amenazador que en el de persona normal. También hay que
destacar la intervención del Rurik Sallé,
habitual en las producciones francesas de terror. Pero quien se lleva el gato
al agua es el actor de culto John Fallon,
convirtiéndose aquí en un roba escenas con un personaje hecho a su medida. Una
lástima que no salga lo suficiente.Y aquí
viene el principal problema de la película. Ya que si hasta ahora he comentado
sus virtudes también he mencionado un lastre, y muy importante. La corta
duración, apenas 70 minutos, hace pensar que se les acabó el presupuesto y
tuvieron que rodar los mas importante ya que tanto el personaje de Fallon como
la subtrama principal, de vitalimportancia para entender el origen de la infección y la evolución del
protagonista quedan muy difuminados, solo se dejan intuir, y al acabar nos
quedamos con la sensación de que la película podría haber dado más de sí y se
ha quedado en un quiero y no puedo. Una lástima porque su final cerrado no deja
demasiadas puertas para una secuela. En
definitiva, una película entretenida para una tarde lluviosa que nos hará pasar
un rato ameno.