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Debate: La nueva moda vampírica - Artículos - Debate

Publicado el 06 diciembre 2010 por Eltiramilla

Debate: La nueva moda vampírica - Artículos - DebateÓscar (moderador). Sed todos bienvenidos, damos y caballeras, al primer combate abierto del Diario El Tiramilla. Espero que nadie haya olvidado su paraguas blanco, porque a la salida sortearemos la cabeza del perdedor entre los más rojos.
Con todos ustedes: Carolina Galán y T. C. Ferri, como nunca los habéis leído. ¡Que comience el com(de)bate! ¿Qué opinión les merece a nuestros dos redactores la “nueva” moda vampírica en la literatura juvenil?

T. C. (combatiente n º1). Al principio esta nueva propuesta podía llamar la atención de los amantes del género, sin embargo, llega un momento en el que se echa de menos a los vampiros “auténticos”. A esos seres guapísimos, buenísimos y alumnos de instituto deberíamos llamarles de otra manera.

Carol (combatiente nº 2). Gracias a la moda actual, muchos lectores que no se habían acercado a una novela “clásica” de vampiros han comenzado a leer a Stoker o Anne Rice. Sólo por eso vale la pena. Además, no podemos encasillar a todos los vampiros dentro de lo que nos presenta Crepúsculo. Y no podemos decir que los vampiros sean de una manera u otra, porque ¿alguien ha visto alguna vez a uno de verdad?

T. C. Está claro que no todos son como los de Meyer, pero sí que está de moda desvirtuar el mito original, habiendo llegado hasta el punto más absurdo e incoherente: su reproducción. También preguntas si alguien ha visto alguna vez a un vampiro: no lo sé, no conozco a todos los habitantes de este planeta. Pero tampoco nadie ha conocido al Quijote, y sería un sacrilegio convertirle en yonqui o estrella del rock.

Carol. El vampiro ha ido cambiando a lo largo de los siglos: en la Antigüedad eran demonios mitad animal, mitad humanos; para los pueblos eslavos eran muy delgados, con abundante pelo en el cuerpo, orejas puntiagudas y un olor horrible. Los únicos rasgos que han conservado a lo largo del tiempo son los de estar muertos y beber sangre para alimentarse. Y en cuanto a que los vampiros tengan hijos, como sucede en Medianoche (Claudia Gray), ni siquiera eso es una novedad. En algunos relatos de los siglos XVIII y XIX las vampiresas tenían una apariencia tan humana que engañaban a los hombres, llegaban a casarse con ellos y a tener hijos, y sólo las descubrían al encontrarlas devorando a sus propios hijos o a otros niños.

Óscar. No puedo menos que entrar al trapo, porque la respuesta de Carol ha sido de lo más contundente. ¿Cómo defenderá T. C. sus argumentos en contra?

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T. C. Lo de que el niño nazca siendo vampiro no sería tan descabellado, pues perfectamente pueden nacer muertos y, por tanto, vampiros… Respecto a la comercialidad de estas novedades: hacía mucho tiempo que el público no se había interesado tanto por el tema, y eso cambió a raíz del éxito de Crepúsculo, pero lo que está claro es que hemos llegado a un punto en el que los escritores buscan al vampiro como fuente de ingresos, un final demasiado triste para este mítico ser de la literatura de terror.

Carol. Es cierto que los vampiros están de moda y las editoriales han aprovechado el tirón. Pero he de defender la saga Crepúsculo, porque ha puesto de actualidad el género y lo ha dotado de nuevos y originales elementos que luego han podido ir desarrollando más otros autores.

T. C. El principal problema de Crepúsculo ha sido que los libros dos, tres y cuatro sobraban descaradamente. Además, sonó la flauta y decidieron producir las películas, lo que hizo que el boom creciese todavía más y engrosase la cuenta corriente de la autora. Todo es pura venta.

Óscar. Ya la has liado, amigo, aunque estoy contigo, creo que llevas las de perder esta vez. Lo que está claro es que las opiniones sobre esta saga dependen del gusto de cada lector y no creo que Carol te deje ir de rositas. Veamos cómo termina la contienda.

Carol. En cuanto a que los siguientes libros de Crepúsculo no valen nada, no estoy de acuerdo, cada uno va aportando algo hasta llegar al desenlace, que queda bien atado.

T. C. Sea como sea, sigo defendiendo a los vampiros con colmillos, que duermen en ataúdes y no pueden salir durante el día.

Carol. Los vampiros del siglo XIX con camisas de chorreras tienen su encanto, pero lo cierto es que están ya muy pasados de moda, y si no te adaptas a los tiempos, los géneros mueren. Gracias a esta revitalización y revisión del mito, el vampiro ha vuelto a la actualidad. Una novedad que le ha dado un plus es el humor que se ha introducido.

Óscar. Aplaudamos a perdedor y ganadora: T. C. sigue teniendo claro que la moda por la moda no le gusta, y menos si en ocasiones la calidad en los libros brilla por su ausencia; y Carol, que ha esgrimido sus argumentos con mucha pericia y amparada en documentación real, se ha llevado de calle la victoria, por mucho que nos pese a algunos.
Y con estas líneas damos por finalizado el primer debate/combate entre tiramillotes. Nos hubiera gustado que fuera más sucio y encarnizado, pero ha dado la casualidad de que ambos luchadores son de lo más educado y respetuoso que hay. Un saludo a todos, esperamos que hayáis disfrutado del experimento.

T. C

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