Decidir es muy complejo, porque supone siempre asumir riesgos, porque supone elegir y por lo tanto renunciar a otras alternativas, porque tiene consecuencias, y porque toda decisión es siempre mejorable y ha de mantener una coherencia. En un entorno complejo, cambiante y pleno de incertidumbre como el actual, el decidir todavía ha cobrado más relevancia si cabe. Es por este motivo y por otros, que ayer me acerqué a la escuela Iese para escuchar al profesor Miguel Angel Ariño, a ver qué nos contaba al respecto, y ello es lo que hoy quiero compartir con vosotros.
This decision changes everything, de Wonderlane
Se comentó un decálogo, que más que un recetario infalible, es una reflexión que nos ayudará a contemplar aspectos importantes y también rebajará el peso excesivo de la responsabilidad que a veces nos autoimponemos erróneamente.
* Decidir bien no implica necesariamente acertar. No tienes nunca un control total sobre los resultados
* Antes que decidir, identificar y concretar los objetivos
* Ser realista en los planteamientos. No decidir pensando en lo que nos gustaría que fuera, sino en lo que es
* No generarse condicionantes previos, ya que nos autoengañamos
* Atender a la información relevante, fiable y cuyo coste sea proporcional a la importancia de la decisión
* Plantear diferentes escenarios, y planes de contingencia para cada escenario
* Ser creativo y generar alternativas
* Estudiar las consecuencias de una decisión y aceptarlas
* La decisión debe ser aplicable: tener voluntad y recursos para ponerla en práctica
* En una decisión no todo es racionalidad, hay que contemplar también las emociones. Por ello es importante una opinión externa antes de tomarla (por ejemplo de un consultor)
Finalmente una cita de Churchill: “Lo importante no es errar y caerse, sino siempre levantarse como mínimo una vez más de las que te caes”. Alberto Trallero- Optima Management
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