Revista Psicología
En veintitrés años que tengo, nunca que yo recuerde le he transmitido a mis seres queridos que los quería. Nunca ha salido de mi boca un TK. No sé por qué no he expresado mis sentimientos, he tenido que enfermar para darme cuenta de que no cuesta nada decir TK o gracias. Me he tenido que ver solo, aislado de todas las personas que quiero, para decirles te kiero y emocionarme y ponerme a llorar al verlos, pero de alegría. Con ésta que es mi historia personal lo que quiero transmitir es que no tenemos que tener miedo a expresarnos, a decir lo que pensamos por miedo a represalias. P.D. No cuesta nada decir lo que sentimos, decidlo y os sentiréis mejor.
Texto escrito por A.G., chico diagnosticado de trastorno bipolar.