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“Declaradme Culpable” – o el late show de Vin Diesel.

Publicado el 14 mayo 2011 por Cinefagos


“Declaradme Culpable” –  o el late show de Vin Diesel.

“¡Todos me quieren!… ¡Me quieren!”

- Jackie Dee (Vin Diesel).


Acabo de ver esta película. Lo cierto es que le tenia muchas ganas, entre otras cosas, por la reciente muerte del genial –aunque en ocasiones irregular- Sidney Lumet, así que me puse a repasar su filmografía en la IMDB (algo que por cierto recomiendo para que muchos recuerden lo todoterreno que fue este hombre) y me hice mi pequeña lista mental de películas que me quedan por ver. Y de entre todas las que me quedaban por ver me llamó especialmente la atención ésta, pues recordé que en su momento me quedó pendiente, le había echado el ojo, más por el significativo cambio de registro de Vin Diesel que por Lumet.

A tenor de todo esto debo confesar que Vin Diesel sufre desgraciadamente el rechazo que ya parece patológico en toda estrella de acción y de humor que se precie, y es que nadie lo tome en serio. Personalmente es un actor que siempre me ha gustado, desde que lo descubriera en la muy entretenida “Pitch Black” (David Twohy, 2000). Siempre me ha parecido un tipo a explotar y que con una película de corte más bien independiente como ésta, ha demostrado no tener demasiado miedo a la hora de elegir papeles.

Al grano. “Declaradme culpable” (Find Me Guilty, 2006) nos narra el caso verídico del proceso judicial en el que se imputaron a 20 miembros de la familia Lucchese en un juicio que duró un año y medio, y donde uno de los implicados decidió ejercer su derecho a defenderse a si mismo ante el jurado.

“Declaradme Culpable” –  o el late show de Vin Diesel.

Y no podría empezar mejor. Tiene uno de esos arranques que te deja atado a la silla, en la tónica de algún momento de “Los Soprano”, con un retrato de la “familia” que huye de la majestuosidad y el lujo, es más, con claro enfoque “cutre” y hortera. Sidney Lumet no firma ni de lejos uno de sus mejores trabajos, eso hay que dejarlo claro, pero si se nota la mano de un artesano del cine de la vieja escuela: sabe meterse al espectador en el bolsillo desde el primer momento y no te suelta hasta el final.

Vin Diesel en su papel como Giacomo (Jackie Dee) DiNorscio esta ciertamente irreconocible. La tímida vis cómica que demostrara en otras cintas de acción (que seguramente no requerían pero que ya resultan para él, marca de la casa) se infla exponencialmente. Por momentos parece que estemos ante un showman, con una interpretación ciertamente fluida y natural, que se apropia del personaje, sin caer en tics ni vicios físicos (no como muchos reputados actores que incomprensiblemente usan como para dar más “verosimilitud” a sus personajes) y se desenvuelve igualmente bien en los momentos más dramáticos y que requieran, tal vez, una mayor contención y temple. Viendo que han pasado 5 años desde esta actuación cuesta de creer que no le hayan ofrecido (o que él haya aceptado) otro papel en esta tónica, porque parece estar en su salsa, más cómodo que nunca, y eso se nota. Su actuación sea probablemente lo más destacable de toda la película.

Por momentos, y muy particularmente, tanto por el uso de ese jazz simpático y frenético como por ese tratamiento del color tan afable y cálido, mezclado con los puntos de humor –inteligentemente introducidos, sin tampoco ahogar la película- parece que estemos de lleno en una película de Woody Allen. Y tratando un tema como el que trata, y viniendo de quien viene, es ciertamente curioso.

“Declaradme Culpable” –  o el late show de Vin Diesel.

Como viene siendo marca de la casa en Lumet, podemos extraer diferentes lecturas de esta película, sobretodo en clave crítica. Si bien es cierto que hay  cierta denuncia contra los usos poco ortodoxos que utilizan algunos abogados para presionar a algunos prisioneros también hay que aclarar que a la película le huele un poco el aliento. Me explico, no es demasiado sutil el, en exceso, amable retrato que hace de la mafia y del personaje principal. No se si fue así en la vida real pero cuesta de creer. Creo que lo más conveniente habría sido mostrar las dos caras de la moneda. Pero como la película no termina de “confesarse” totalmente en clave de humor pues uno no sabe a qué atenerse, si aceptar las reglas del juego y no prestar atención a estos detalles o bien reconocer que es un guión muy poco comedido en este sentido.

Pero en definitiva, sin ser una masterpiece, es todo un ejercicio de entretenimiento, ágil, divertida, que no decae en ningún momento en sus casi dos horas de duración (de nuevo, gracias Lumet) y esta prematuramente olvidada (apenas tiene cinco años). Así que vale la pena darle una oportunidad, incluso a los que no soporten a Vin Diesel (se llevarán una sorpresa).

TRAILER:


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