Revista Cultura y Ocio

Deconstructing Shakira: una interpretación 'torcida' de años luz

Publicado el 24 junio 2010 por Evagp1972


Dedicado a Ma Jesús Izquierdo, profesora de sociología de la UAB, por llenarnos la cabeza y las estadísticas de incómodas preguntas


"Ven confía en mí / no hay por qué dejar / para hacer después / lo que quieras ya"... Así empieza "Años Luz," la tercera canción del álbum Loba. En esta canción (podéis ver la actuación en directo  aquí) Shakira da la vuelta a una situación que tradicionalmente ha sido controlada y protagonizada por los hombres. En esta ocasión es ellla la que invita a disfrutar de una noche de pasión clandestina y sin ataduras a alguien que se adivina temeros@ y algo remilgad@: "¿Qué es lo que esperas / ya casi es madrugada / mi cremallera / no está electrificada / No me tengas más consideración / entra en razón /que suba el telón /cámara acción".


De momento aceptemos lo que la heterosexualidad normativa nos obliga a pensar: que la persona a la que se dirige Shakira es un hombre. En este caso, Shakira estaría apoderándose del adjetivo "activo", en ese binomio "hombre activo/mujer pasiva" que ha venido marcando nuestros destinos (el de las mujeres; los hombres siempre han podido forjar libremente el suyo) desde los tiempos bíblicos y más allá. Por su parte, el previsiblemente futuro amante de Shakira adoptaría una posición pasiva, manteniéndose en una prudente distancia de sus garras de loba (el título viene, precisamente, de la invitación a que no se quede "a años luz" de ella). Es a él a quien hay que convencer; ella está, desde el principio, claramente decidida.  Ciertamente Shakira continúa con la tradición al vincularse con el instinto y  por  mostrarse sensual y acariciadora ("subiré por tu espalda la seda / como en el muro la enredadera"),  pero además de la subversión de papeles a la que acabo de referirme, también afirma  de forma explícita que ceder a sus pretensiones no es locura sino "entrar en razón", esa razón que se ha equiparado siempre y únicamente con el varón.


La mujer ha sido y sigue siendo objeto de deseo. Aquí no; en "Años luz" ese oscuro el objeto de deseo es él, pues quien adopta la posición de sujeto, quien controla la situación, no es él sino ella: una mujer que no se ofrece pasivamente y que tampoco muestra resistencia, sino que busca, provoca, exige.  En este sentido esinteresante constatar cómo pide a su esquiva presa "no me tengas consideración" . He ahí una declaración de principios que bien vale una reflexión (o dos). En la  estereotipada concepción tradicional de la mujer  como Virgen ,  el hombre debe tratarla con respeto y consideración. Lo que está diciendo Shakira al objeto de su llamado es que ella no es una mujer. Es decir, no es lo que se espera de una mujer, desde la perspectiva patriarcal al uso. 

Muy al contrario, ella es un ser deseante, sin determinación de sexo ni de género. Shakira niega la significación cultural con la que se pretende vestir su cuerpo sexuado. Con uno de esos movimientos de caderas tan suyo, Shakira se ha desnudado graciosamente de esa pesada vestidura para reivindicar no una identidad, sino una subjetividad. Porque no-es-una-mujer. Si aceptamos metodológicamente las categorías de hombre y mujer, diremos que en esta canción Shakira a veces "está" mujer y a veces "está " hombre. Te sacudo (estoy hombre) con mi sensualidad (estoy mujer). Una de las ideas que más ha contribuido a liberarme y conocerme es, precisamente, ésta: percatarme de que a veces estoy hombre y otras mujer.  Que, por tanto, no soy ni lo uno ni lo otro. A veces soy Pretty Woman, y a veces soy el Sargento de Hierro. Y si pudiera liberarme de todos los condicionantes culturales que han ido acumulándose sobre mí (mujer / blanca / occidental / clase media / educada en la tradición cristiana.... ) quizá llegaría a saber quién soy "yo". Suponiendo que el yo exista, claro. 

Ya. Lo sé. Cualquier afirmación que cuestione la existencia de identidad nos desestabiliza. Es molesto. No es cómodo. Pero pensadlo un momento. Si tengo delante de mí un ser sexuado en femenino que no se considera "una mujer"... ¿Qué es lo que tengo ante mí? ¿Cómo lo clasifico? ¿Cómo se aplican, en este caso, las normas de trato social o el sistema de cortejo heteronormativo, si no sé desde dónde me habla lo que tengo ante mí?
Ok. Os dejo un tiempo para ir a por una aspirina. Pero una posible liberación de los conceptos de género y sexo bien vale un dolor de cabeza, n'est pas, ma belle?

 
El poder actúa desde fuera pero también  desde dentro; una mujer convencida de que es sumisa o que es heterosexual por naturaleza está obedeciendo a los dictados de un sistema cultural externo que ha interiorizado y aceptado, y al que obedece sin dudar, hasta el punto de extenderlo a su propia prole que  acabará por generar otra nueva mujer sumisa en el mundo o, peor aún, otra lesbiana sumisa y encerrada en un armario ancestral. Si Shakira fuera madre (demostrando cuán absurdo es que nos cueste unir mentalmente los conceptos de "madre" y "sexy") , estoy segura de que conseguiría romper esa  pérfida cadena. Quizá el patriarcado continúe campando por sus fueros en este -aparentemente- liberado mundo de nuestros días... pero no tiene poder en los cimbreantes adentros de esta mujer-loba.


En la selva donde habitaba Mowgli también otra voz cantaba melodiosa algo muy similar al "ven confía en mí" shakiriano. Kaa la serpiente intentó devorar a Mowgli  hipnotizándolo con esta canción . ¿Recuerdas? Pues no tengas miedo y déjate hipnotizar ahora por estos ojos negros que Dior me ha dado. Confia en míiiiiiii  ... Confia en míiiiiii... E imagina, por un momento, que no sabemos quién es Shakira y, por tanto, desconocemos cuál sea su opción sexual.  Oops.  El patriarcado acaba de enarcar las cejas: "¡si es mujer, tendrá que decantarse por hombres, vaya pregunta!".

Pero le tengo bastante inquina al heteropatriarcado y, por tanto, continúo silbando mi canción... Cierra los ojos. Escucha de nuevo la canción de Shakira pero, esta vez, imagina que se está dirigiendo a otra mujer. Todo cambia, ¿verdad? Empiezan a aparecer nuevos sentidos que no existían cuando creíamos que se estaba dirigiendo a un hombre. Ya no es un hombre remilgado. Es una mujer que duda, como dudaba Natasha-sssssssha en la última película de Medem (ay, Natasha). Shakira te dice que confíes en ella y te acerques. Que ella es un volcán y que no dejes para mañana lo que puedas hacer con ella hoy. Que sigas  tu instinto. Sois solamente ella y tu conciencia.  ¿Qué es lo que esperas? Su cremallera no está electrificada. Ella ya está decidida, quiere saber si lo estás tú... No le tengas más consideración, entra en razón, que suba el telón... Cámara, acción. 


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