Si hay algo del final del verano que me gusta es que cambiamos de estación. Tras varios meses de intenso calor y de luminosos días, el otoño llega con sus noches largas y sus colores cálidos. El vestuario y los complementos de hogar cambian sus tonos y texturas y todo se vuelve más acogedor. Como siempre he dicho cuando me preguntáis, la base para que cada cambio de estación no acabe con nuestros ahorros, pero aún así podamos permitirnos renovar el estilo, es elegir tonos y colores neutros y naturales en paredes, techos, suelos y grandes muebles, para así con sólo cambiar los objetos decorativos, cojines, mantas, lámparas, etc. consigamos el nuevo ambiente deseado. La casa que hoy es muestro es sobre todo cálida con una decoración bohemia, que tanto va con el otoño. Disfrutad!