Otra de las cosas que he estado haciendo todo este tiempo de ausencia, ha sucedido dentro de mí...
Si, estoy embarazada y reconozco que ha sido una etapa muy creativa, quizá por la gran ilusión de su llegada.
He tenido clarísima la decoración de la habitación del bebé, tanto si hubiera sido niña como niño, que es el caso.
Lo primero de todo estaba clara la gama de colores:
Primero pensé en pintar las paredes, pero luego vi que sería mejor dar la nota de color con los textiles y dejar una base neutra en paredes y mobiliario, que condiciona menos y permite ir cambiando si nos cansamos a medida que el bebé crezca.
Como ya teníamos armario y comoda en blanco, la cuna sería blanca también.
Y entonces comenzó la operación recuperar cosas que ya tenía en casa y adaptarlas al ambiente de la habitación.
Comencé con unas letras que había comprado hace mucho y que en origen eran blancas. Decidí empapelarlas con los tonos que había elegido y los papeles que compré en up and scrap.
Para ello utilicé cola que apliqué solamente en el frente, dejando los cantos en blanco.
Y aquí el resultado: