Especialistas en el tema han indicado que la presencia de defectos en la placenta de la mujer embarazada puede tener una estrecha relación con el incremento en el riesgo de tener un niño con autismo, de hecho es posible medir el riesgo que tiene un feto en gestación de ser autista mediante la búsqueda de imperfecciones o anomalías en la placenta justo en el momento del nacimiento.
Esto lo han descubierto los investigadores pertenecientes a la Escuela de Medicina de Yale, en Estados Unidos, que se propusieron analizar la relación entre la salud del niño y la placenta en la que se desarrolló durante su tiempo de gestación, haya nacido a tiempo o de forma prematura.
Un reciente estudio explica que se pueden medir las posibilidades que tiene un niño que parece normal de desarrollar autismo en el futuro, analizando cuidadosamente la placenta en la que se ha desarrollado, ya que los daños en la misma, anomalías o imperfecciones, serían la clave a la hora de realizar un diagnóstico precoz y comenzar lo antes posible con un tratamiento adecuado para el desarrollo del niño autista.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores se encargaron de examinar concretamente un total de 117 placentas de recién nacidos, todos ellos pertenecientes a familias que estaban en situación de riesgo, e indican:
“los pliegues anormales de la placenta y células anormales de crecimiento llamadas inclusiones trofoblásticas son marcadores clave para identificar a los recién nacidos que están en riesgo de autismo”… “placentas de riesgo tenían un máximo de 15 inclusiones trofoblásticas, mientras que ninguna de las placentas de control contenía más de dos inclusiones trofoblásticas”…“una placenta con cuatro o más inclusiones trofoblásticas predice de forma conservadora una probabilidad del 96,7% d estar en riesgo de padecer autismo”.
En la actualidad una de las mayores herramientas con las que cuentan los médicos a la hora de prevenir el riesgo de autismo, es nada menos que la historia familiar, dado que se conoce que aquellos que tienen un hijo autista tienen nueve veces más chances de tener otro niño con el mismo problema.
“Lamentablemente parejas sin susceptibilidad genética conocida deben confiar en la identificación de los signos o indicadores tempranos que pueden no manifestarse abiertamente hasta segundo o tercer año de vida del niño”…“Espero que el diagnóstico del riesgo de desarrollar autismo mediante el examen de la placenta al nacer se convierta en rutina y que los niños que han demostrado tener un mayor número de inclusiones trofoblásticas sean sometidos a intervenciones tempranas y tengan una mejor calidad de vida como resultado de esta prueba”.
Vía | Hechos de Hoy
Foto | Jyn Meyer | Photographer
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Defectos en la placenta podrían indicar autismo en el bebé