Revista Cine

DefendOr

Publicado el 03 septiembre 2010 por Josep2010

Ni una palabra.
Hasta hace muy poco, no había leído ni una palabra de una película que, para variar, no se ha estrenado en España y que seguramente jamás verá una pantalla española.
Pero es que, además, tampoco hay ni una sola referencia en la revista británica de cine Digital Spy dedicada específicamente al mundo del espectáculo, cuyos artículos conservo desde junio de hace dos años: nada de nada, como si no existiera, en una publicación en la que abundan noticias insustanciales sobre inanes estrenos multimediáticos como las dos últimas de Cruise y Jolie.
Tampoco es que las referencias leídas por casualidad fueran especialmente entusiastas y animaran a una visión apresurada e imprescindible, pero ya sabemos todos de que pie cojeamos y la cinefagia, más que la cinefilia, produce una comezón interna que sólo se apaga saliendo de dudas.
Como añadidura, se trata de una ópera prima: el joven Peter Stebbings, después d
e haberse dedicado a trabajar como actor, un buen día escribió un guión para una antigua compañera de academia y un año después escribió otro y decidió que él mismo lo iba a dirigir. Su primera aventura en solitario.
Defendor (2009) es de esas películas que se van agigantando conforme pasan los días y uno va rememorando tranquilamente instantes, escenas, aun sin la continuidad con que su autor las presenta.
DefendOr
Arthur Poppington (Woody Harrelson) es un lobo solitario dotado de una mente débil y un corazón enorme y ha resuelto dedicar su existencia a cuidar de sus conciudadanos, a luchar constantemente contra los malvados: y para ello ha creado un alter ego, un personaje heroico que llama Defendor: y se ha hecho un traje con un jersey negro y una cinta adhesiva con la que se ata los puños y los tobillos y se planta una enorme letra D en el pecho: se enmascara los ojos con betún y se provee de canicas y un bote de avispas cabreadas y un garrote añejo como armamento suficiente y sale a las anochecidas callejuelas de su barrio donde liberará a una jovencísima prostituta, Kat (Kat Dennings), que está practicando una forzada felación al corrupto detective Chuck (Elias Koteas), creándose de inmediato una relación triangular que se desarrollará tomando derroteros impensables al inicio.
Stebbings demuestra tener ideas y la gracia suficiente para escribirlas y adornarlas con detalles enriquecedores, pues el guión, sin haber podido leerlo, se intuye generoso en apuntes de toda clase y reflexiones sobre algo tan extraño de ver en el cine actual como es el interior de una persona.
Por una vez, diría que estoy de acuerdo con esta institución censora del cine en los U.S.A., la MPAA, que ha calificado la película de Stebbings con la letra "R", alejándola del público familiar y joven, propicio a tragarse palomitas y cualquier producto indigesto que les echen en pantalla.
Porque Defendor, pese a su apariencia, no es una película de acción: desde luego, no es la cansina y reiterada búsqueda de taquilla en base a un tebeo visto mil veces: es lo más lejano a un cine comercial masificado y si me apuran, incluso al adulterado "cine indie", pero definitivamente, caso de ser necesario clasificarla, entra de lleno, en mi opinión, en el cine independiente, de autor.
Otra cuestión es si la calidad alcanzada desde un punto de vista meramente cinematográfico basta para otorgarle pátina inmediata de imperdible pero sin duda alguna es un alivio comprobar que se siguen filmando historias interesantes dirigidas a excitar las neuronas y no el bajo vientre.
Stebbings, que tiene una larga trayectoria como actor televisivo (cincuenta títulos en veinte años dan experiencia) sabía perfectamente cuando escribió Defendor que jamás recibiría el apoyo de los charlatanes usuales y supongo que lo agradeció, porque los expertos en mercadotecnia seguro que hubieran promocionado la película resaltando aspectos circunstanciales y el espectador se hubiera defraudado. Caso de darse cuenta, claro.
Al decidir dirigirla no es que asumiera un doble riesgo: es que sólo mediante una dirección ajustada la historia toma sentido: hay varios detalles que ayudan no poco a configurar el personaje del héroe, ese chalado y bien intencionado Defendor que vive en un mundo propio y se desenvuelve en el actual con una perspectiva y actitudes lejanas: Arthur es certeramente definido con una frase por la psiquiatra que le examina a requerimiento judicial:
"Eres un buen hombre, con un gran corazón, y por eso todos te quieren"
Un hombre con unos rasgos psicológicos muy complejos, "perfectamente normal, como cualquiera", con la particularidad que cuando se convierte -no se disfraza- en Defendor -no en defender (que sería defensor en castellano) sino en DefendOr, marcando esa letra "O" con sonoridad inexistente, inventada- es mil veces más poderoso, y listo, y ágil, y ...
Un héroe que no pretende dañar a nadie: sólo detener a los malos y salvar a sus víctimas; un aventurero que usa armas inofensivas y graba sus acciones con una cámara que usa ¡cintas vhs! como si fuera una burla a tantas películas repletas de gadgets avanzadísimos y faltas de la inteligencia suficiente para emocionarnos.
Stebbings va mostrando con paciencia los rasgos que conforman la personalidad de Arthur, dosificando saltos al pasado más remoto, retazos de una infancia peculiar, acciones de la semana pasada relatadas por el propio protagonista y hechos que concluyen en un presente que nos devuelve a la realidad después de habernos ilusionado con una fantasía repleta de optimismo pueril.
Cuenta para ello con el encomiable trabajo de Woody Harrelson que durante los cien minutos de metraje absorbe toda la atención consiguiendo que ese personaje se haga realidad y despierte en el espectador la empatía del buen amigo, ése que nunca abandonaríamos en la soledad de la noche oscura.
Harrelson consigue una interpretación modélica, contenida y ajustada a las extravagancias del personaje y dominando la tentación de caer en un histrionismo barato: no puedo menos que acordarme del Oscar que le regalaron a Dustin Hoffman por su apayasada interpretación en Rain Man cada vez que admiro el equilibrio y la contención de Harrelson como Defendor, siguiendo perfectamente las instrucciones de Stebbings que sabe mantenerse constantemente en el filo de una navaja muy afilada compuesta de aceradas sensaciones de comedia de acción dotada de rasgos de humor que el novel director y guionista sabe soslayar con eficacia gracias al personaje de la joven grofa Kat, contrapunto realista del héroe en todo momento.
En definitiva, una película que no pasará por las salas de estreno españolas y que quizás ni siquiera llegue algún día a los televisores, salvo que, aprovechando que ya ha salido a la venta en dvd en países culturamente más avanzados, el cinéfago ávido de sensaciones agradables se procure por sí mismo la satisfacción de comprobar que, en el siglo que vivimos, hay gente capaz de filmar una película interesante aunque no lo suficiente como para desasnar a los distribuidores patrios.
Vean, si les place, el Tráiler


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