Defensa de la lactancia materna

En algunas ocasiones hemos hablado de casos en los que una madre no ha podido amamantar a su bebé en un lugar público o ha sido increpada por personas que consideran que se trata de algo inmoral. Hemos conocido excusas para prohibir la lactancia que resultan absurdas y sin sentido, como por ejemplo en este artículo. A una madre se le invitaba a abandonar una zona de juegos infantiles de un centro cultural donde estaba amamantando a su bebé, argumentando que otros niños lo podrían ver y tendrían también ganas de ser amamantados.

La lucha por reivindicar la naturalidad del amamantamiento está presente en todo tipo de ámbitos, por supuesto, también en el virtual, se puede poner como ejemplo la reacción de la red (los brelfies) ante la acusación de exhibicionistas a las mujeres que compartían en redes sociales sus fotografías amamantando a sus hijos. El caso es que siempre se suele hablar de esos casos en los que se les da a las madres un toque de atención por amamantar a sus bebés, pero hoy es todo lo contrario, queremos hacernos eco de un caso en el que los propietarios de un café echan a un cliente de su establecimiento por pedir que una madre no amamante a su bebé en público, demostrando una clara postura en defensa de la lactancia materna.
Los hechos ocurrieron en la localidad de Rockhampton (Australia), uno de los clientes del Chesse and Biscuits Café se acercó a los propietarios para decirles que había una madre amamantando a su bebé y que le sugirieran que se cubriese. La contestación de los dueños fue rotunda, el establecimiento es amigable con la lactancia materna y cualquier madre puede alimentar a su bebé sin que nadie deba decirle nada.

Se sugirió al cliente que si se sentía incómodo que se sentará en otro lugar del establecimiento lejos de la madre. Posteriormente, cuando uno de los propietarios salió a la terraza donde estaba la madre, notó que estaba incómoda, la razón es que el cliente molesto con la lactancia le había pedido que se cubriera.

Los propietarios no lo dudaron y echaron al cliente del café, consideran que todos los establecimientos deben defender los derechos de las mujeres que brindan lactancia, ya que están alimentando a sus bebés y en ello no hay nada inmoral. La historia se compartió en las redes sociales, por supuesto ha recibido todo tipo de elogios y han agradecido su actitud.

Como podemos comprobar, el problema se sufre en muchos países, la lactancia materna es vista por algunas personas como algo inmoral, se habla de ella con pudor, se descalifica… no es extraño que cada vez aparezcan más movimientos que luchan por eliminar estas barreras que estigmatizan la lactancia materna en público y que parecen querer condenar a los bebés a que pasen hambre o que sean alimentados en un lavabo público, lugar nada adecuado para alimentar a un bebé.

Deberíamos conocer más historias como la del Chesse and Biscuits Café, será una señal de que las cosas cambian y que se van eliminando tabúes y prejuicios. La noticia la hemos conocido a través de este artículo publicado en el periódico digital Brisbane Times, pero os invitamos a acceder a la página de Facebook del café y conocer la historia de la mano de los propietarios.

Foto 2 | dailycloudt

Enlace permanente:
Defensa de la lactancia materna