Revista Salud y Bienestar

Deficiencia de vitamina D, ¿es una causa posible del sobrepeso y la obesidad?

Por Saludconsultas @SaludConsultas

La vitamina D es un nutriente soluble en grasa, comúnmente conocido por sus funciones en el metabolismo del calcio, ayudando así en la gestión de la salud ósea. Sin embargo, es esencial entender que este nutriente es en realidad una hormona que ayuda a perder peso.

¿Qué es la vitamina D?

La vitamina D, una vitamina soluble en grasa, es en realidad una hormona que realiza una gran cantidad de funciones en el cuerpo humano. La vitamina D, también conocida como 1, 25- dihidroxi vitamina D, se conoce comúnmente por sus funciones que implican metabolismo del calcio y el fósforo, y el manteniendo de esta manera de la salud ósea y la prevención de trastornos asociados, tales como osteoporosis.

Otras funciones realizadas por la vitamina D son la mejora del sistema inmune, a través de la cual impide una multitud de enfermedades agudas y crónicas, mejora la salud neurológica y ofrece beneficios cardio protector. Sin embargo, uno de los más cruciales y que menos se habla acerca de las funciones realizadas por la vitamina D es la prevención de la obesidad y las enfermedades crónicas relacionadas, como la diabetes tipo 2, hipertensión, ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares (ECV).

Durante décadas, la comunidad científica ha visto la vitamina D como un nutriente prometedor que ofrece innumerables beneficios para la salud. Está muy claro a través de numerosas pruebas científicas de que la vitamina D es, sin duda, un nutriente esencial para la salud óptima, dado el hecho de que más de 500 genes se han identificado con alguna forma de elementos de respuesta a la vitamina D en ellos. Por lo tanto, se podría esperar que una deficiencia de este nutriente soluble en grasa se traduciría en una gama de problemas de salud.

Adquirimos la mayor parte de nuestra vitamina D a través de la exposición al sol, aunque pequeñas cantidades de los nutrientes provienen de nuestra dieta y / o suplementos. Recientemente, el Instituto de Medicina, publicó pautas del producto, sin embargo, estas directrices se refieren únicamente a la salud ósea y el metabolismo del calcio. La evidencia científica ha demostrado que la vitamina D juega un papel activo tanto en el tratamiento y prevención de la obesidad y los trastornos crónicos asociados con un mayor índice de masa corporal (IMC). Por lo tanto, se requiere algo más que la regulación de la salud de los huesos.

La vitamina D y la obesidad

La obesidad se ha convertido en una epidemia mundial que afecta a niños y adultos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la obesidad ya no es sólo afecta a las naciones desarrolladas. El sobrepeso y / u obesidad predispone a los individuos a muchos trastornos de salud inflamatorios y crónicos como la diabetes tipo 2, cáncer, hipertensión, hiperlipidemia y enfermedades cardiovasculares.

La comunidad científica ha sugerido consistentemente que la deficiencia de vitamina D se ha observado en poblaciones con sobrepeso y obesidad. Hay una serie de estudios clínicos que indica que puede haber una asociación entre el aumento del IMC y la deficiencia de vitamina D. Si bien hay muchas explicaciones plausibles para tal asociación entre la deficiencia de vitamina D y la obesidad, ente algunos que han sido evaluados en el pasado reciente se incluyen los siguientes:

  • Baja ingesta dietética
  • Síntesis de la forma activa de la vitamina D reducida en individuos obesos
  • Alteración del metabolismo
  • Alterada la absorción
  • Capacidad reducida para la síntesis de la vitamina en el cuerpo.

Si bien existen numerosos esfuerzos en curso clínicos para entender las muchas asociaciones entre el estado de vitamina D y la obesidad, todavía no está claro si la deficiencia de vitamina D conduce a la obesidad o no, de hecho ganar peso da lugar a una deficiencia de vitamina D. Con independencia, los estudios han demostrado que la vitamina D juega un papel muy beneficioso en el tratamiento y prevención de la obesidad.

La vitamina D y la conexión con la obesidad

La obesidad es esencialmente una inflamación crónica que interrumpe el sistema inmune, que resulta en otros trastornos de salud. La vitamina D, por otra parte mejora el sistema inmunológico y ayuda a reducir la inflamación, por lo que en aquellos con mayor IMC, una deficiencia de vitamina D mejora aún más la inflamación que causa problemas de salud adicionales.

Otra teoría que une los dos es el hecho de que en los individuos obesos, una baja concentración de vitamina D puede afectar a las hormonas del apetito y sus señales a través del cerebro, que resulta en aumento del hambre y el almacenamiento de grasa, por lo que la pérdida de peso es una búsqueda difícil. Otra explicación proporcionada por los estudios clínicos es la posibilidad de reducción de la vitamina D en personas obesas, debido al aumento de los depósitos de grasa o adiposidad, ya que es un nutriente soluble en grasa.

Por lo tanto, es seguro asumir que la composición corporal parece tener un impacto en síntesis de la vitamina D y el metabolismo del cuerpo resulta en dificultad para perder peso y una mayor predisposición a enfermedades crónicas.

¿El consumo de vitamina D puede tratar de ayudar y prevenir la obesidad?

La vitamina D, concretamente la forma D3 activa, parece ser deficiente en individuos con un mayor porcentaje de grasa corporal. En un estudio reciente, después de analizar los datos de más de 10.000 pacientes, los investigadores de la Universidad de Kansas encontrarón que aquellos pacientes que eran deficientes en vitamina D tenían un riesgo significativamente mayor de la obesidad y una variedad de enfermedades del corazón. Por otra parte, después de tomar en cuenta la historia clínica de los pacientes, los medicamentos y otros factores, llegaron a la conclusión de que las personas con niveles deficientes de vitamina D fueron:

  • Más del doble de probabilidades de tener diabetes
  • 40 por ciento más propensos a tener presión arterial alta
  • Alrededor de un 30 por ciento más propensos a sufrir de un músculo cardíaco enfermo, en comparación con personas sin la deficiencia.

En general, el riesgo de muerte por estas causas se acentuó en los que presentan deficiencia de vitamina D. Por lo tanto, dado que la vitamina D es una pieza crucial en el rompecabezas de la obesidad, uno puede preguntarse si el complemento o adición de vitamina D en la dieta puede ser capaz de corregir la deficiencia, ayudando así a esas personas a perder el exceso de peso de manera eficiente.

En un estudio reciente, los investigadores de la Universidad de Milán sugirieron que cuando se proporcionaron a los individuos con sobrepeso y obesidad suplementos de vitamina D y una dieta de calorías reducida, parecía que con la ayuda de la vitamina D, estos individuos eran capaces de perder peso con éxito. Es imprescindible comprender cuánta vitamina D se requiere para lograr tales resultados positivos, el factor clave es recordar que es indispensable contar con registros individualizados examinados por sus respectivos profesionales de la salud. Sin embargo, se recomienda que la mayoría de los individuos tomen un promedio de 600 UI (15mcg) / día. Tenga en cuenta que esta recomendación se generaliza y se aconseja que las recomendaciones deben seguirse sólo bajo supervisión de un profesional de la salud.

La adición de alimentos tales como setas, lácteos bajos en grasa, granos fortificados, pescado como el atún y la caballa, la soja, el jugo de naranja fortificado y las yemas de huevo en la dieta, pueden ayudar a elevar los niveles de vitamina D de forma segura.


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