Valle de Pineta, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Foto: Benjamín Recacha
España cuenta con quince Parques Nacionales, los únicos espacios donde la naturaleza goza de total protección. Al menos en teoría. Representan un 0,7% de los 504.645 Km² de superficie del territorio estatal. No parece demasiado.
Mapa de los Parques Nacionales y espacios protegidos españoles.
He tenido la suerte de visitar varios de estos espacios, que son una auténtica maravilla, así como muchos otros santuarios naturales, igualmente fascinantes, que no cuentan con el mismo grado de protección. Estaréis de acuerdo conmigo en que en este país disfrutamos de un riquísimo entorno natural, de belleza muy diversa y sorprendente. Y apuesto a que convenimos también que generalmente no está lo suficientemente protegido. Hay mucho cafre suelto, demasiado, con extrañas taras mentales que lo llevan a hacer lo posible por dejar su huella donde el ser humano debería limitarse a ser un simple espectador agradecido.
Me pone enfermo encontrarme un papelito o una colilla en plena montaña, así que imaginad qué opino respecto a que en espacios protegidos se permitan actividades industriales, la explotación intensiva de sus recursos naturales o la caza. Eso ocurre en los Parques Nacionales españoles, y va a seguir ocurriendo.
La organización criminal que gobierna este país no tiene bastante con robar a manos llenas y destruir el estado de bienestar. También se ha propuesto acabar con nuestro patrimonio natural. La verdad es que no sorprende en absoluto. Para el Partido Podrido España es un cortijo sometido a sus intereses particulares y a los de sus amigos poderosos. Ellos hacen y deshacen a su conveniencia, de manera que si tienen que adecuar las leyes a sus caprichos, las modifican y ya está.
Si sus amigos se lo pasan bien organizando monterías en pleno Parque Nacional de Cabañeros, pues no van a ser ellos quienes lo impidan. Se apaña la ley que regula la actividad en los Parques Nacionales, y a seguir matando animales mientras se cierran negocietes. ¿Qué mejor escenario para cerrar tratos? En España los negocios más lucrativos siempre se han cerrado en la finca de caza de algún marqués; en torno a la mesa de algún restaurante exclusivo, bien surtida de vinos y licores selectos, los mejores habanos y una baraja; y en otros sitios menos respetables.
España es el cortijo de caciques y latifundistas, para quienes la ley es un artificio a menudo molesto. La función de los ciervos y otros animaluchos no es otra que servir de adorno en las paredes de sus casas de campo, qué importancia tendrá que vivan en un Parque Nacional.
Durante estos días se está tramitando en el Senado el proyecto de Ley de Parques Nacionales. El PP ha aprobado una enmienda que permitirá prorrogar la caza, la pesca, la extracción maderera y otras actividades ilegales en estos lugares supuestamente a salvo de los abusos humanos. Poco importa que se haya hecho en contra del criterio técnico de los directores de los propios Parques Nacionales.
Desde hace veinte años los distintos gobiernos han ido posponiendo la prohibición para aquellos propietarios privados que ya desarrollaban esas actividades en el espacio antes de su declaración como Parque Nacional. En teoría 2017 era la fecha límite para adecuarse definitivamente a la ley, pero claro, el gobierno no está dispuesto a que España deje de identificarse con esa obra maestra de Luis García Berlanga llamada ‘La escopeta nacional’, así que intentó en un principio colar una enmienda a la ley que prorrogaba sine die la posibilidad de cazar en los espacios protegidos.
Las críticas de la oposición y de las organizaciones ecologistas han llevado al PP a maquillar la medida ampliando la situación actual “sólo” hasta el año 2020. Confiemos en que se les acabe el chollo mucho antes.
Pero no creáis que en el PP son los únicos que actúan con un desprecio absoluto por el patrimonio natural. En Asturias gobierna el PSOE, y allí también se permiten las monterías en espacios protegidos, incluyendo el asesinato de lobos en pleno Parque Nacional de los Picos de Europa. Hace tres semanas el director de este santuario de la naturaleza firmó una autorización para llevar a cabo un “control de la población” de una especie que pese a la recuperación experimentada en los últimos años continúa amenazada. Así, se podrán matar tres lobos dentro del espacio protegido.
Tampoco sorprende, pues son habituales las matanzas ilegales sin consecuencias penales. De hecho, la propia ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha declarado públicamente la guerra al lobo: “Mantengo el compromiso de mi antecesor [Miguel Arias Cañete, ahora comisario europeo de Clima y Energía, tiene narices la cosa] en la lucha contra el lobo”.
En fin, que la biodiversidad continúa teniéndolo crudo en este país, aunque, afortunadamente, la sociedad civil no se queda de brazos cruzados ante tanto atropello. #DefiendoMisParques es la campaña que han puesto en marcha diversas organizaciones ecologistas, mediante la cual invitan a la ciudadanía a hacer visible su oposición a la modificación legislativa que pretende el gobierno. También ha surgido una iniciativa de recogida de firmas a través de la plataforma Avaaz. Os invito a que os unáis.