El complejo de Edipo fue definido por Freud (1910, citado en Vega, 2015) de la siguiente manera: “El hijo, ya de pequeño, empieza a desarrollar una particular ternura por la madre, a quien considera como su bien propio y a sentir al padre como un rival que le disputa esa posesión exclusiva; y de igual modo, la hija pequeña ve en la madre a una persona que le estorba su vínculo de ternura con el padre y ocupa un lugar que ella muy bien podría llenar”.
Es decir que la madre pasa a ser objeto de amor para el niño y rival para la niña, quien cambia de objeto de amor por causa de la decepción y busca ahora al padre. Sin embargo, también existen modalidades negativas de esta situación, por ejemplo, deseos amorosos dirigidos al progenitor del mismo sexo, mientras que la hostilidad se dirige al de distinto sexo (Vega, 2015).
Según Freud, el niño supera dicho complejo al identificarse con el padre y renunciar a su madre (aquí juega un papel importante la angustia de castración).
Por otro lado, la niña debería identificarse con su madre y renunciar al padre (Freud, 1973, citado en Huarcaya, ?).
Freud se vale del Complejo de Edipo para explicar la ambivalencia hacia los padres que siente el niño y el desarrollo de los elementos heterosexuales y homosexuales (Vega, 2015).
Fuentes:
Huarcaya, M. (?), Psicología dinámica: Tres ensayos sobre teoría sexual
Vega, V. (2015), EL COMPLEJO DE EDIPO EN FREUD Y LACAN.