Ya habíamos visitado este restaurante en otra ocasión hace un tiempo aprovechando una oferta de menús “monotemáticos” de pato. Y nos gustó, sobre todo se nos grabó que el precio pagado era bastante correcto para lo que comimos. Nada de grandes malabarismos, pero si cocina cuidada. Así que buscando algo cercano para una celebración familiar + DeGrandi fue uno de los candidatos contemplados y el elegido para la ocasión.
Pertenece al Municipio de Cornellà, pero está muy cercano a L’Hospitalet centro, está justo delante de lo que antes era el cuartel de la Remonta, en la misma Carretera de L’Hospitalet, 396-400. Ofrecen menús diarios a mediodía y también tienen menús de cenas y de fin de semana, de ahí seleccionarlo para la celebración, ya que era lo ideal para un grupo de 14 personas. Al ir a pedir información, nos informaron muy amablemente, nos comentaron que pondrían el menú en la mesa y que prácticamente estaríamos en una parte del restaurante para nosotros y así fue.
Cuando llegamos, la mesa estaba preparada, con todo lo necesario y un menú en cada servicio para que cada uno pudiera elegir qué quería. Y hay que decir que había variedad en los primeros platos, pero muy poca en los segundos. De hecho, había 11 primeros a elegir y 6 segundos, es decir casi el doble, y de los segundos sólo uno de ellos era de pescado. Pero también hay que decir que éramos conscientes cuando hicimos la reserva, ya que nos habían enseñado el menú. Eso no quiere decir que, bajo nuestra opinión, quizá fuera más acertado equilibrar tanto en cantidad como en diversidad este menú. Pero, como siempre, es cuestión de gustos.Para empezar y con amabilidad, nos ofrecen primero escoger alguna bebida de aperitivo antes de empezar con la bodega, por lo que empezamos con alguna cerveza y algún vermut. Pero con la bebida nos sirvieron un aperitivo no esperado que siempre es un detalle de agradecer mientras que van preparando las peticiones. Unas gambas envueltas en una pasta filo crujiente que nos entretuvieron hasta que empezaron a servir todos los primeros.
Un tiempo correcto en el servicio ni tan rápido que te hace sospechar de demasiado microondas ni tan lento como para pensar que hay desorganización. No hay que olvidar que éramos 14 y que había por lo menos otro grupo igual o más numeroso en el restaurante además de mesas más pequeñas.
Empezamos con un Crujiente de Alcachofas con Dados de Mousse de Pato. Hay que aprovechar el producto de temporada y ni que decir si encima es de la zona: la alcachofa. Una buena ración de corazones fritos, sin exceso de aceite espolvoreados con un poco de pimentón y unos dados de mousse de pato acompañando. Bastantes más alcachofas que dados, pero es cierto que este tipo de ingrediente no debe abundar en el plato. El ingrediente principal es el que es, y los foies y derivados, a no ser que sea el plato en si, están presentes para, de vez en cuando, encontrarlos y saborear la mezcla, por otro lado, muy conseguida.
El otro primero fueron unos Raviolis de Chistorra y Huevo. Difícilmente iban a estar malos… Huevos con chistorra y crujientes!. Cinco piezas eran suficientes en un lecho de ensalada. Al dar el bocado, el huevo mantenía su textura cremosa que se mezclaba con el aceite de la chistorra. Una de esas “evoluciones” por llamarlas de alguna forma de platos tradicionales que resultan más fáciles de comer, tienen una presentación más sofisticada pero no pierden la base de su sabor.
Los segundos, de carne. Por un lado la Hamburguesa de Puntas de Solomillo de Ternera con Foie y sombrero de Queso de Cabra. En este caso el sombrero estaba “quitado” para poder probarla. Muy correcta y melosa, buena de sabor y de buen tamaño, la hamburguesa fue un acierto. Unas cuantas verduras adornaban y servían de guarnición. En nuestro caso, acertaron el punto de cocción a la comanda, pero hay que decir que en otras peticiones de la mesa no fue así. En todos los casos la hamburguesa vino cocinada al punto. Fue un error del que nadie comentó nada al servicio. Seguramente si lo hubiéramos hecho la hubieran cambiado, pero no era momento ni era algo tan imperdonable. En cualquier caso, es un detalle que deben cuidar: si se pregunta cómo se quiere el punto de cocción hay que respetarlo.
Brownie de Buey y Setas fue la otra elección. El nombre, elegido por el aspecto del plato era acertado y nos pareció quizá lo más curioso. No fue el mejor plato, en este caso no elegimos bien. Poco jugoso y con un cierto gusto a pastel de carne recalentado y un poco seco, el brownie, de nombre y presentación llamativos no cumplió las expectativas. No es un plato que volveríamos a pedir. Seguramente con algunos retoques quedaría mejor, pero qué hacer para cambiarlo, si lo consideran oportuno, deberán averiguarlo desde +DeGrandi. Personalmente, creo que el buey es una carne fuerte de sabor que si no es cocinada al momento, acumula esa fuerza y no le favorece. Comestible, pero no recomendable. Como siempre, es una cuestión de gustos y dejo caer intentar mejorar este plato, que seguro tiene muchas posibilidades.Los postres son del día y te los ofrecen al momento. No recordamos que había, pero nos tiramos a dos clásicos que difícilmente defraudan.
Coulant de Chocolate que pasó la prueba y con nota. En su punto, clavada la cuchara y notar el corazón de chocolate deshecho. Bravo por este coulant que estaba exquisito!. Si váis y os lo ofrecen, escogedlo, no lo dudéis.
El otro clásico, Tiramisú. No estaba mal, pero era más una tarta, le faltaba un poco de cremosidad. Demasiado bizcocho para nuestro gusto aunque de sabor muy bueno, hay que decirlo. Pero…en caso de tener que mostrar preferencias, indiscutiblemente, el coulant gana por goleada.El Menú llevaba incluída la bebida, vino blanco, rosado y tinto. El rosado no lo probamos, el blanco fue un Principe de Viana y el tinto un Lopez de Haro, dos vinos muy correctos para acompañar la comida.
En general podemos +DeGrandi puede ser un buen sitio para comidas y cenas de grupo que sean algo más formal que un picoteo pero que tampoco sean demasiado elevadas de precio. Hay variedad, el servicio es bueno y la comida es correcta, además de un ambiente agradable que incluye cierta intimidad por la distribución de las mesas. No necesariamente hay que ir en grupo, la primera vez que fuimos nosotros no lo hicimos así y como os hemos comentado, no guardábamos mal recuerdo. Uno de esos restaurantes sencillo, con algunos de sus platos más conseguidos que otros, que ofrece una carta y menú. No destacaríamos nada especialmente notable, pero tampoco nada especialmente negativo. Una opción muy válida para celebraciones numerosas en las que el presupuesto sea más ajustado: incluyendo pan (unos panecillos muy buenos, por cierto) , bebida, postre y cafés el menú fueron 19,50 Euros por persona. Más que correcto!.