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‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

Publicado el 09 octubre 2010 por Cinefagos

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

En 1980, Stanley Kubrick realizó ‘El resplandor’, obra clave del cine de terror. Junto con Diane Johnson, ensayista y co-guionista del film, decidió adulterar la obra original de Stephen King y conceder más protagonismo al personaje interpretado por Jack Nicholson. ¿Por qué? Según él, centrar el desarrollo narrativo de la película en la evolución del trastorno psicológico de este personaje imprimía más suspense y terror a la película. Este arriesgado cambio no sólo supuso un gran acierto para el film sino que también creó un antes y un después en la historia del cine de terror americano.

Esto que os comento viene a colación de ‘Déjame entrar (Let me in)’, “remake” americano de ‘Déjame entrar (Let the Right One In)’ (cabe matizar que en realidad no es un remake propiamente dicho, ya que no adapta la película sueca, sino que las dos son distintas adaptaciones del mismo libro, escrito en 2004 por John Ajvide Lindqvist).

Y aunque es cierto que el análisis de la película americana no debería centrarse en la comparación entre estas dos películas, es inevitable hacer hincapié en alguna diferencia entre ambas debido a la repercusión que tuvo la primera y el escaso tiempo que las separa. Y la diferencia más importante entre las dos es similar a lo que hizo Kubrick con el libro de ‘El resplandor’.

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

La película de Matt Reeves (‘Montruoso’) se centra en Owen (Oskar originalmente), el triste chico maltratado por sus compañeros de clase y olvidado por sus padres divorciados; pero Reeves le da mucho más protagonismo que la película de Tomas Alfredson y elimina en la historia tramas secundarias insustanciales (como por ejemplo el hombre de los gatos). Eso hace que la película solo tenga un punto de vista, sumergiendo al espectador el la psique del chico, lo que le da un tono más oscuro y angustioso, debido a ese desarrollo profundo y tenebroso de la psicología de Owen. Es justo destacar en este caso la asombrosa actuación de Kodi Smit-McPhee, que ya nos sorprendió con su interpretación de niño desesperanzado junto a Viggo Mortensen en ‘The Road’.

Owen muestra, además, sus miedos y deseos de una forma más acertada, en mi opinión, que en la versión sueca. Mientras que en la película de Alfredson tan sólo se esboza un mapa de estos sentimientos, no aporta los matices necesarios para sugerir al espectador la compleja evolución que sufre Owen a lo largo de la película, algo que sí consigue ‘Let me in’ (sin llegar a mostrarlo nunca de forma directa). La película va más lejos que su predecesora, tratando temas como la sexualidad, el odio, la perversión, la vergüenza, la pureza, etc. Alcanzar este nivel es consecución del minucioso trabajo que ha hecho Matt Reeves con cada uno de los personajes secundarios que rodean al chico. Todos aportan algo imprescindible a la obra y están incluso mejor dibujados que en la película sueca (salvo la madre del chico).

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

Especial interés tienen los tres chicos que le hacen bulling, en concreto su líder. Su personaje crea un dilema moral inexistente (o al menos en gran parte) en la simple violencia de la película sueca y que, según tengo entendido, se acerca más al espíritu del libro (que todavía no he tenido ocasión de leer). Este personaje (interpretado de forma fabulosa, esta vez por el joven Dylan Minnette) no es sólo el antagonista de la obra, siendo el causante de todo el terror psicológico que sufre el protagonista y que tanto desestabiliza al espectador, sino que es un portador indirecto de mensajes como redención, posesión, muerte e indolencia. La extraña aparición de su hermano al final sugiere debates sobre el bien y el mal propios del cine cultivado por el maestro Michael Haneke. Es lógico, por tanto, encontrar ciertos paralelismos de este personaje con ‘Caché (Escondido)’ o la magistral ‘La cinta blanca’.

El veterano Richard Jenkins también está fantástico (para variar). En las dos películas el personaje que interpreta se caracteriza por el patetismo, el dolor, la vergüenza y la derrota, pero en la versión americana todo adquiere un mayor sentido cuando lo que lo mueve, el amor, está tan explícito desde el principio. Amor que desencadena su final, muy diferente y mucho más coherente y realista que en la versión sueca, y que coincide con la que para mí es la secuencia más impactante y mejor realizada dentro de un coche que he visto en mi vida.

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

Otro punto a favor de la película es el detective, un nuevo personaje que no aparece en la película sueca (desconozco si aparece en el libro). La historia tiene más sentido y verosimilitud con él, ya que es lógico pensar que en un pueblo donde hay una serie de asesinatos y “rituales” semi-satánicos (desangración de cuerpos jóvenes, ataques carnívoros, mutilación con ácido, etc.) tiene que llevarse a cabo una investigación policial. Su personaje podría haberse convertido en el malo de la película, sin embargo, no se sitúa en ningún lado. Es un personaje brillantemente creado que, a diferencia de los demás, nunca hace nada moralmente cuestionable; es un mero observador, que no comprende lo que está pasando, y funciona como un conductor con el que el espectador se identifica constantemente.

Él es el personaje más importante para Reeves porque hace que la película tenga mejor ritmo que la sueca (no confundir con tempo: el ritmo es la relación y la coordinación entre todos los acontecimientos de la trama y el tempo es la velocidad de la narración, que puede ser rápida o lenta).

Con este personaje, y a diferencia de la versión sueca, la película empieza por la mitad de la historia y luego vuelve al principio, (aunque de eso el espectador se da cuenta más adelante). ¿Por qué? Pues para crear una serie de incógnitas al principio y mantener al espectador en tensión y concentración durante los primeros 20 minutos de la película: “¿Quién es el hombre del hospital? ¿Porqué pertenece a una “secta”? ¿Hay más como él?”. Después, la película se desarrolla con un tempo muy lento y sosegado, con el espectador atento y sin peligro de que pierda la atención (lo que puede pasar con la versión sueca).

En este caso, la adaptación americana para cine me parece más acertada que la sueca, que se limita a copiar la estructura literaria.

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

 

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

Mención aparte tiene el apartado técnico de la película. Si no ha sido suficiente con la de cosas buenas que ya he escrito sobre ella, ahora me quito el sombrero de nuevo ante su apartado artístico.

Para empezar, Michael Giacchino es el compositor de la banda sonora. Para el que no lo conozca, Giacchino es el principal compositor de Pixar (‘Up’, ‘Ratatouille’, ‘Los increíbles’, etc.) y el compositor de todos los trabajos de J. J. Abrahams (‘Perdidos‘, ‘Star Trek‘, etc.). En esta película la música es excelente. Mezcla canciones con composiciones propias. Si sois de los que os quedáis en el cine hasta los créditos, la composición que hace Giacchino para el final es lo mejor que he escuchado en cines desde hace mucho tiempo.

El director de fotografía es el “inexperto” Greig Fraser, cuyo trabajo aquí nada tiene que envidiar al del mismísimo Roger Deakins. Sorprende, y mucho, que a pesar de que se trata de una superproducción americana, la estética del film es muy personal. Otra vez más me toca decir que esta versión americana está muy por encima que la sueca en cuanto a iluminación y fotografía. Si la película sueca es un ejemplo de cómo hacer con poco presupuesto una excelente película de autor, la película americana es un ejemplo de cómo hacer con bastante presupuesto una excelentísima película de autor.

Por último, mencionar el gran trabajo de Matt Reeves. Yo, al menos, no me lo esperaba. Enhorabuena por él.

Pd.: No he mencionado en todo el post a la niña protagonista, ¿os habéis fijado? Y es que no tengo palabras…

‘Déjame entrar (Let Me In)’ – El remake, mejor que la original

En resumen, una película asombrosamente magnífica y perfecta. Una de las películas del año y, posiblemente, una de las mejores películas de ¿terror? de toda la década.

Para leer la ficha de la película pincha aqui

 

AQUÍ  TENÉIS  LA  RESEÑA  DE  LA  PELÍCULA  SUECA

 


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