Del Álamo, esencia de torero

Plaza de toros de Valencia. Feria de Fallas. Undécima de abono. Un cuarto de plaza escaso. Novillos de FuenteYmbro para Juan Pablo Sánchez, Juan Carlos Durán y Juan Del Álamo.
Un dulce ha sido la novillada que ha echado Gallardo en la matinal de hoy. Los Fuentefundas han regalado embestidas tan nobles y enclasadas como plácidas y monótonas. El toro perfecto para la tauromaquia de estos días. Varios fueron ovacionados en el arrastre. A estas alturas del cotarro, los veredictos de los públicos tienen poca importancia. La cosa no fue para tanto.
Se presentaba en España el mexicano Juan Pablo Sánchez, que por lo visto hoy, comparte muchas cosas con Macías. A saber: los dos son de Aguascalientes; se presentan en España en esta feria; se quedan más quietos que una estaca; su toreo se inclina al populismo; entran a matar con mucho valor y poca técnica. Los dos van a tener sus posibilidades para funcionar.
Carlos Durán, que está verde como el trigo verde, entró en sustitución de Cervera. Sus méritos: compadreo y paisaneo. Su primero fue una perita en dulce que se debió ir sin orejas al patio del desolladero. Hacía tiempo que no veía a nadie, cuento aquí con los aficionados prácticos, meter pico con la muleta de esa manera. Con la zurda era incapaz de dar un pase completo pues tal era el ángulo que había entre su muleta y su cuerpo que el novillo lo veía descaradamente. En el sexto cortó una orejita de tono menor que de poco debe servirle. Tiene mucho que trabajar.
Juan Del Álamo no defraudó y dejó los mejores momentos de la mañana. Torea con una naturalidad y un son impropios de un novillero. Sin atropellamientos, con las ideas claras, sus formas ortodoxosas son un soplo de aire fresco en el futuro de la Fiesta. Los novilleros de esta época están prefabricados más para impactar o llamar la atención que para torear y dejar que podamos vislumbrar sus formas. Del Álamo no entra en esta clasificación. Nos quedamos con las ganas de volver a verle.
Esta tarde Jandillas con Pachi Rivera, Fandi y Pinar. Cartel que hubiera confeccionado el mismo Mosterín.