El mundo de los bebés tiene cosas que no te esperas. Cuando nace el bebé te suelen regalar un montón de cosas que, si es el primero, es probable que no sepas para qué sirvan. Luego llegan otras que no tenías ni idea de que existían, pero que están ahí. Y hasta puede que, por muy estúpidas que las consideras al principio, resulta que andan por tu casa.
Siempre me he preguntado, con la cantidad de chorradas que existen (y si no me creéis, mirad esta la entrada de No es país para madres), por qué nadie ha inventado el chupete que no se caiga. O un pañal con aviso de sólidos. Por decir algunas.
Sin embargo, hay cosas curiosas como el biberón cuchara. Si no tenéis ni idea de lo que es, paraos un momento a pensar… biberón… cuchara… Pues eso, un biberón que, en lugar de la tetina habitual, tiene una cucharita. Y, lo peor de todo, yo tengo uno.
El Mayor y el Peque no le han hecho ascos ha nada. Especialmente el Mayor, que abría la boca ante cualquier comida se le acercara y desde el primer día. Al Peque le costó algo más acostumbrarse, pero fue cuestión de un par de días. Sin embargo, el Mediano puso sus órganos reproductores sobre la mesa y dijo que aquello no era para él. Y punto pelota. Pasar de la teta al biberón fue un suplicio, sobre todo teniendo en cuenta que no fue decisión propia. Después, pasar del biberón a la cuchara fue igual de desastroso. Me recuerdo haciéndole purés más líquidos de lo normal para que se los tomara con el biberón. Y vaya si se los tomaba. El problema no estaba en la comida, sino en el instrumento para comer.
Agobiada por la situación, los llantos y el bajo peso que tenía por entonces (un percentil de -3), me puse a trastear por Internet. Y allí di con el biberón cuchara. Abrí los ojos como platos y, en menos de dos días, ya estaba haciendo el pedido.
CONTRAS:
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Limpiar la cucharita de la tetina es muy complicado. Aunque a mí me vino con un limpiatetina especial, más pequeñito y estrecho, pero aún así es difícil de narices.
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Eso de chupar y tragar no es tan fácil como yo me lo había imaginado antes de tener uno. Yo tenía que apretar el biberón para que saliera el contenido y así dárselo a mi niño. Aunque, ahora que lo pienso, lo mismo funciona así porque el biberón es blando, no duro como los normales.
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Al final, tenía que darle la comida con cuchara (la de la tetina). Así que lo único que cambiaba en comparación con un cuenco de puré y una cuchara normal era que no tenía que mover la cuchara para ir a rellenarla. Sólo tenía que apretar el biberón.
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Para tapar el biberón (por ejemplo, si vais a darle de comer al niño fuera de casa), hay que ponerle el disco en vez de la tetina para evitar derrames. Y después, a la hora de utilizarlo, cambiar el disco por la tetina con cuchara.
PROS:
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Supongo que el truco para el niño consiste en que éste piense que se está tomando el biberón como siempre. Si creéis que funcionará con vuestro hijo, adelante, compradlo.
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El biberón cuchara es un claro ejemplo de que la imaginación humana es infinita. Que yo tenga uno en casa es otro claro ejemplo de que la estupidez también.
Si estáis pensando en comprar uno y me pedís mi opinión, os diría que tuvierais paciencia. Dadle el puré con la cuchara normal poco a poco a vuestro bebé. Si no quiere, después le dais el biberón normal como siempre. Sin agobios y sin prisas. Al final, se acostumbrará a la cuchara.