Revista Opinión

Del estrés que hace vivir al que hace morir

Publicado el 08 octubre 2012 por Jocoma

¿A cuantas especies conoces que duerman “a pierna suelta”? Lo normal es que “descansen” con un ojo abierto y otro cerrado, ¿no? El espectro del descanso en los animales va desde aquellos que consiguen unos pocos minutos al día de un nivel de sueño superficial con los ojos abiertos, hasta los animales superiores que llegan a niveles relativamente profundos pero en un estado de semialerta. Los animales más básicos en la carrera evolutiva tienen este mecanismo tan desarrollado que les “consume”. No mueren devorados pero su vida no se alarga mucho en el tiempo. Sólo los más complejos, los más grandes, los más poderosos, los más evolucionados, consiguen disminuir su nivel de estrés a través de la autoprotección de la manada, y pueden llegar a ser más longevos. Los elefantes, por ejemplo, y los primates, pueden dormir más tranquilos y vivir más años.Del estrés que hace vivir al que hace morir
Se trata de un mecanismo de defensa que pone en funcionamiento el sistema endocrino del animal. Está claro. Aquellos animales que conllevaban el mecanismo del estrés, sobrevivieron; los que no lo tenían sucumbieron ante los depredadores. En otras palabras: El estrés ha servido para que las especies que vemos hoy en día hayan llegado hasta el presente, que otras desaparecieran, y que unas pocas  hayan conseguido casi superarlo.
Del estrés que hace vivir al que hace morir Cuando un animal está alerta para sobrevivir, se desencadena todo un mecanismo interno que le hace tener miedo y generar una serie de hormonas que le hacen activar al máximo los sentidos para percibir y estar con instintos y músculos preparados para la defensa o la huida. La genética evolutiva, no sólo ha seleccionado a los mejores escapistas, sino también a los mejores cazadores, todo requiere buenos niveles de estrés.
Pero todo esto que ha servido para que los seres humanos sobrevivan hasta hoy y lleguen a superar con mucho este mecanismo con sus descansos nocturnos desde la seguridad de “la pierna suelta” y que nos ha hecho longevos, ahora aparece de tarde en tarde y un buen puñado de individuos de la especie  desencadenan el mecanismo al sentirse amenazados en lo que entienden como “su supervivencia”. Antes nos hacía sobrevivir, ahora nos mata. Esta sensación que percibimos en nuestro interior por motivos más o menos fundados, en razón de la forma individual de entender las cosas, puede acabar creando mucha ansiedad, menor rendimiento personal del que cabría esperar de un individuo, pero sobretodo desequilibrios síquicos que acabarán creando enfermedades y acortando la vida.
Del estrés que hace vivir al que hace morir Contra todo esto sólo cabe la visión lo más diáfana posible de la realidad, que nos haga ver que esa amenaza quizás no lo sea tanto. Que no se acaba el mundo con eso, que la sociedad “nos protege con sus leyes” y su comprensión. Hay tantos grados de debilidad sicológica como personas. Todos tienen su sensibilidad, aunque hay quienes lo disimulan muy bien.
¡Qué triste es tener que vivir alerta sin descansar, como los animales! ¡Qué lamentable es defenderse de agresiones tanto físicas como sicológicas! Las primeras pueden ser percibidas por la gente notoria que utiliza su poder haciendo daño a los demás, mientras que las segundas son las que se perciben precisamente de estos, de los poderosos; piensa quizás en el “mobbing” o cuando tu pareja está a punto de irse con otr@ y todo tu mundo parece que se va a derrumbar. ¡Qué cantidades tan grandes de estrés asesino se están generando! Del salvador silencioso se ha pasado al asesino en vida.
Deberíamos acorralar al estrés. Es cruel. Tendríamos que ser conscientes de su existencia y sus mecanismos. No deberíamos consentir que los seres queridos que nos rodean lo sufrieran. La sociedad entera, en busca de eliminar tanto sufrimiento, debería movilizarse y ayudar a las personas que más o menos justificadamente lo sufren. ¿Por qué no? Este podría ser un gran paso en el camino de ser menos animales y más humanos. ¿Es esto luchar contra natura o conseguir mayor nivel de madurez? El mecanismo del estrés lleva millones de años perfeccionándose, va a ser difícil evitar que esté ahí y acabe matándonos, pero de nosotros depende aligerar o impedir sus efectos. Hay gente que está sufriendo mucho.
Caña al estrés que fue salvador y que ahora es asesino.
Juan-Lorenzo[email protected]

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